Los grandes operadores de centros de datos llevan más de una década intentando mejorar la sostenibilidad de sus instalaciones e infraestructuras. Debido a la naturaleza de la computación en la nube y a la diversidad de proveedores de servicios, no existe una solución única para alcanzar el objetivo de 2030.
Como grandes consumidores de energía, los centros de datos están en el centro de las conversaciones sobre eficiencia e impacto medioambiental. Se ha avanzado mucho con el uso de servidores energéticamente eficientes y tecnologías de virtualización para mejorar los índices de utilización. Sin embargo, el consumo de energía sigue aumentando, y las organizaciones se enfrentan a la necesidad de respaldar el negocio en una era digital en la que la creación, la recopilación y el almacenamiento de datos siguen creciendo a un ritmo asombroso. Hacer esto al mismo tiempo que se encuentran formas de ser más sostenibles es un reto al que se enfrentan todas las organizaciones.
Tal como constata el último informe de JLL de 2023, la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para todos los operadores de centros de datos. Muchos de los operadores, aseguran, que están estudiando cómo reutilizar el calor sobrante para la calefacción urbana. Como es el caso de un proyecto de ley en Alemania que pretende reutilizar casi un tercio de la energía suministrada a los centros de datos.
En este contexto, la legislación y las iniciativas de autorregulación, como la directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad y el pacto por la neutralidad climática de centros de datos, están marcando la pauta para mitigar el impacto medioambiental de este sector en Europa.
Según un informe de 2022 de la Agencia Internacional de la Energía, los centros de datos representaron entre el 0,9% y el 1,3% de la demanda mundial de electricidad en 2021, con previsión de llegar a cerca del 8% de la demanda total de electricidad proyectada.
Se calcula que las tecnologías digitales representan entre el 5% y el 9% del consumo mundial de electricidad. Sabemos que este porcentaje aumenta con la digitalización de contenidos y las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el blockchain. Generando un aumento problemático de las emisiones de gases de efecto invernadero si no se toman las medidas adecuadas.
Otro informe de sostenibilidad medioambiental de 2022 elaborado por Capgemini reveló que las tecnologías de la información generan casi el 3% de todas las emisiones mundiales de dióxido de carbono, más que España, Italia, Francia y Portugal juntos.
El claro compromiso de la UE para alcanzar la neutralidad climática de los centros de datos en 2030-2050
La unión europea lleva años estudiando medidas para mejorar la eficiencia energética y el rendimiento de la economía circular de los centros de datos y la conmutación en la nube para alcanzar los objetivos de sostenibilidad marcados por Naciones Unidas, asumiendo el liderazgo en la aplicación de la Agenda 2030 a escala mundial.
A finales de 2020 la Comisión Europea publicó los resultados de un estudio sobre tecnologías y políticas de computación en la nube energéticamente eficientes para lograr que los centros de datos fueran respetuosos con el medio ambiente teniendo en cuenta su creciente consumo de energía debido a la expansión de los servicios ofrecidos por los proveedores de nube en esta región.
Este análisis estima que el consumo de energía de los centros de datos crecerá en un 28%, de 2018 a 2030. Lo que supone en términos relativos que la demanda de electricidad de los centros de datos alcanzará el 3,21% en 2030 si su desarrollo continúa en la trayectoria actual.
Poniendo en evidencia una tendencia creciente hacia la computación en el “Edge” para permitir que los datos producidos por los millones de dispositivos del internet de las cosas se procesen más cerca de donde se crearon, en lugar de enviarlos a centros de datos y nubes de computación alejadas que implican largos recorridos de flujo de datos. Se espera que la energía utilizada por los centros de datos en el “Edge” alcance el 12% en 2025 cuando su consumo era de tan solo el 2% en 2018.
La apuesta por centros de datos ecológicos, una gran oportunidad
Abordar las necesidades informáticas y de datos de la empresa sin dejar de mejorar la sostenibilidad requiere una nueva mirada y enfoque holístico de los procesos empresariales. Las organizaciones están comprometidas con la eficiencia de los recursos y la optimización de su uso.
Hasta ahora, gran parte de la industria tecnológica y los grandes operadores de centros de datos se han centrado en el cambio a fuentes de electricidad más limpias y renovables. Aunque este es un aspecto importante para convertirse en una organización más sostenible, no aborda el rasgo más importante de un centro de datos ecológico: la reducción de los residuos y la optimización del uso de los recursos. La energía renovable no es el único camino hacia la sostenibilidad, y no está exenta de inconvenientes.
Existe una enorme oportunidad de acelerar el progreso de la sostenibilidad reduciendo el despilfarro de recursos y asegurando que se obtiene el máximo valor de las inversiones en infraestructuras.
Una estrategia de sostenibilidad completa y eficaz evaluará todas las tecnologías nuevas y existentes a través de una lente de «Green Data Center» que evalúe el impacto total en la optimización de recursos.
Las soluciones de almacenamiento de datos sostenibles de Fujifilm contribuyen a acelerar la descarbonización de los Data Centers
Sabemos que los centros de datos necesitan un porcentaje muy elevado de energía para su funcionamiento con un incremento del coste para el medio ambiente. Por consiguiente, ante los nuevos retos planteados, Fujifilm como fabricante de soluciones de archivo de datos aporta al mercado soluciones sostenibles que permiten acelerar el progreso ecológico de los Data Centers.
El almacenamiento de datos mediante modernos sistemas de cinta permite acelerar la neutralidad de los centros de datos reduciendo el consumo de energía, las emisiones de CO2 y los residuos electrónicos.
El consumo de energía del almacenamiento en cinta es tan sólo del 4-9% respecto al almacenamiento de en disco. Dado que el almacenamiento en cinta solo requiere electricidad cuando se lee/escribe una cinta y no necesita los sistemas de refrigeración y ventilación constantes que exige la tecnología de disco para su correcto funcionamiento. La naturaleza amovible de la cinta permite, además, realizar tantas copias como se desee y almacenarlas en distintas ubicaciones dentro o fuera de la librería de cintas, pudiendo archivar datos durante extensos periodos de tiempo, más de 3 décadas sin consumir energía. Generando un importante ahorro económico.
Los sistemas de almacenamiento basados en cinta logran reducir hasta un 97% las emisiones de CO2 generadas durante su ciclo de vida en comparación con soluciones equivalentes basadas en disco duro cuando la fuente de energía utilizada es el gas natural.
Entre el 60% y el 80% de la información almacenada en el mundo se considera inactiva, es decir, datos que deben conservarse durante extensos periodos de tiempo por su valor, pero a los que rara vez se accede. Por tanto, es posible reducir drásticamente el consumo energético de los centros de datos y las emisiones de CO2 identificando los datos inactivos para almacenarlos en soluciones más eficientes, seguras y de menor coste por TB almacenado, como las recientes generaciones de cinta.
Se estima que durante el periodo comprendido entre 2019 y 2030 el 80% de los datos inactivos se almacenarán en sistemas de almacenamiento empresariales y el 57% de los datos replicados que se almacenarán en los mismos sistemas se migrarán a cinta. Al migrar los datos a cinta, la reducción anual de CO2 para 2030 será del 43,7%. Evitando, en consecuencia, unas emisiones de carbono acumuladas de 664 millones de toneladas métricas. El equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero de 144 millones de turismos conducidos en un año.
Los sistemas de almacenamiento basados en cinta logran reducir, además, los residuos electrónicos en un 80% ya que su vida útil es entre 7 y 10 veces superior a la del disco.
El uso del almacenamiento en cinta junto con la adopción de otras buenas prácticas como el uso de energías renovables y el seguimiento de otras iniciativas orientadas a la autorregulación, las arquitecturas de nueva generación, la automatización e infraestructuras como código, la refrigeración y calefacción, la reutilización del hardware y gestión del ciclo de vida de los dispositivos, permitirá que los centros de datos sean más eficientes y respetuosos con el medioambiente para alcanzar su neutralidad.