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13
Mar
2020

Cerrar el círculo: la Comisión cumple el Plan de Acción para la Economía Circular

Las 54 acciones del plan puesto en marcha en 2015 ya han sido ejecutadas o se están ejecutando, lo que contribuirá a impulsar la competitividad de Europa, a modernizar su economía y su industria, a crear empleo, a proteger el medio ambiente y a generar crecimiento sostenible

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La Comisión Europea ha publicado un informe exhaustivo sobre la aplicación del Plan de Acción para la Economía Circular adoptado en diciembre de 2015. El informe presenta los principales resultados de la aplicación del Plan de Acción y esboza los retos pendientes para allanar el camino hacia una economía circular competitiva y neutra desde el punto de vista del clima, en la que se reduzca al mínimo la presión sobre los recursos naturales y de agua dulce, así como sobre los ecosistemas. Las conclusiones del informe se debatieron durante la Conferencia anual de partes interesadas en la economía circular, que se celebró en Bruselas los días 6 y 7 de marzo.

El vicepresidente primero Frans Timmermans, responsable de desarrollo sostenible, ha declarado lo siguiente: «La economía circular es clave para ir haciendo sostenible nuestra economía y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de alcance mundial. Este informe pone de manifiesto que Europa está a la cabeza como pionera y modelo para el resto del mundo. Al mismo tiempo, aún queda mucho por hacer a fin de garantizar el aumento de nuestra prosperidad, teniendo en cuenta las limitaciones de nuestro planeta, y el cierre del círculo de modo que no desperdiciemos nuestros valiosos recursos».

El vicepresidente Jyrki Katainen, responsable de empleo, crecimiento, inversión y competitividad, ha manifestado lo siguiente: «Este informe es muy alentador, al poner de manifiesto que Europa va por el buen camino en la generación de inversiones, puestos de trabajo y nuevas empresas. El futuro potencial de crecimiento sostenible es enorme y Europa es, en efecto, el lugar más propicio para el crecimiento de una industria respetuosa con el medio ambiente. Este éxito es el resultado de la actuación conjunta de las partes interesadas y los responsables de la toma de decisiones de Europa».

Transición de la economía lineal a la circular

Tres años después de su adopción, el Plan de Acción para la Economía Circular puede considerarse plenamente cumplido. Sus 54 acciones ya han sido ejecutadas o se están ejecutando. Según las conclusiones del informe, la aplicación del Plan de Acción para la Economía Circular ha acelerado la transición hacia una economía circular en Europa, lo que, a su vez, ha contribuido a que la UE vuelva a crear empleo. En 2016, los sectores pertinentes para la economía circular empleaban a más de cuatro millones de trabajadores, lo que supone un aumento del 6 % con respecto a 2012.

La circularidad también ha creado nuevas oportunidades de negocio, dado lugar a la aparición de nuevos modelos empresariales y fomentado nuevos mercados, dentro y fuera de la UE.

En 2016, las actividades circulares como la reparación, la reutilización o el reciclaje generaron un valor añadido de casi 147.000 millones de euros y fueron objeto de una inversión de aproximadamente 17 500 millones de euros.

Estrategia de la UE para el plástico

La Estrategia de la UE para el plástico en una economía circular es el primer marco político a escala de la UE que adopta un enfoque basado en el ciclo de vida específico de los materiales para integrar actividades circulares de diseño, uso, reutilización y reciclaje en las cadenas de valor de los plásticos. La estrategia establece una visión clara con objetivos cuantificados a escala de la UE, con el objetivo, entre otras cosas, de que de aquí a 2030 todos los envases de plástico comercializados en el mercado de la UE sean reutilizables o reciclables.

Para impulsar el mercado de los plásticos reciclados, la Comisión ha puesto en marcha una campaña de compromiso voluntario en la materia. 70 empresas ya han asumido compromisos al respecto, lo que aumentará el mercado de plásticos reciclados en al menos un 60 % de aquí a 2025. Sin embargo, sigue existiendo una brecha entre la oferta y la demanda de plásticos reciclados. Para cerrarla, la Comisión puso en marcha la Alianza Circular sobre los Plásticos, formada por las partes interesadas clave de la industria que suministran y utilizan plásticos reciclados.

Las normas sobre los artículos de plástico de un solo uso y los artes de pesca, que se ocupan de los diez artículos que acaban con más frecuencia en las playas de la UE, sitúan a la Unión en la vanguardia de la lucha mundial contra los desechos marinos. Las medidas contemplan la prohibición del plástico oxodegradable y de determinados productos de un solo uso hechos de plástico (como las pajitas y los cubiertos) cuando existan alternativas, y proponen medidas en relación con otros, tales como objetivos de reducción del consumo, requisitos de diseño de productos y sistemas de responsabilidad ampliada del productor.

Innovación e inversiones

Para acelerar la transición a una economía circular, es necesario invertir en innovación y prestar apoyo para adaptar la base industrial europea. A lo largo del período 2016-2020, la Comisión ha redoblado sus esfuerzos en ambos sentidos, destinando en total más de 10 000 millones de euros de fondos públicos a la transición.

Para estimular aún más la inversión, la Plataforma de apoyo financiero a la economía circular ha elaborado unas recomendaciones para mejorar la financiabilidad de los proyectos de economía circular, coordinar las actividades de financiación y compartir buenas prácticas. La Plataforma colaborará con el Banco Europeo de Inversiones prestando asistencia financiera y explotando las sinergias con el plan de acción para financiar el desarrollo sostenible.

Conversión de los residuos en recursos

La presencia de sistemas sólidos y eficaces de gestión de los residuos es esencial para la economía circular. Para modernizar los sistemas de gestión de residuos en la Unión, en julio de 2018 entró en vigor una normativa sobre residuos revisada. Esta abarca, entre otras cosas, nuevas tasas de reciclado ambiciosas, un régimen jurídico clarificado de los materiales reciclados y medidas reforzadas de prevención y gestión de residuos, incluidas las relativas a los desechos marinos, los residuos alimentarios y los productos que contienen materias primas fundamentales.

Procesos de diseño y producción circulares

El diseño inteligente al principio del ciclo de vida de un producto es esencial para garantizar la circularidad. Mediante la implantación del plan de trabajo sobre diseño ecológico 2016-2019, la Comisión ha promovido aún más el diseño circular de los productos, así como los objetivos de eficiencia energética. Las medidas de diseño ecológico y etiquetado energético de diversos productos incluyen ahora normas sobre los requisitos de eficiencia de los materiales, tales como la disponibilidad de piezas de repuesto, la facilidad de reparación y la facilitación del tratamiento al final de la vida útil. La Comisión también ha analizado, en un documento de trabajo específico, sus políticas relativas a los productos, con la intención de apoyar productos sostenibles y circulares.

Capacitación de los consumidores

La transición hacia una economía más circular exige que los ciudadanos se comprometan activamente a cambiar sus patrones de consumo. El método de la huella ambiental de los productos (HAP) y el de la huella ambiental de las organizaciones (HAO), creados por la Comisión, pueden permitir a las empresas hacer afirmaciones ecológicas fidedignas y comparables, y a los consumidores elegir con conocimiento de causa.

Firme compromiso de las partes interesadas

El compromiso de las partes interesadas es vital para la transición. El enfoque sistémico del Plan de Acción ha facilitado a las autoridades públicas, a los agentes económicos y sociales y a la sociedad civil un marco que reproducir para fomentar las asociaciones entre los sectores y a lo largo de las cadenas de valor. El papel de la Comisión a la hora de acelerar la transición y los principales esfuerzos internacionales en favor de la circularidad también han merecido reconocimiento en el Foro Económico Mundial de 2019, en el que la Comisión recibió el premio Circulars Award en la categoría de sector público.

Desafíos pendientes

La economía circular es ahora una tendencia mundial irreversible. Aun así, todavía hay que trabajar mucho para intensificar la actuación mundial y de la Unión Europea con objeto de cerrar completamente el círculo y aprovechar la ventaja competitiva que aporta a las empresas de la UE. Se necesitarán mayores esfuerzos para aplicar la legislación revisada sobre residuos y fomentar mercados para las materias primas secundarias. Asimismo, esta labor, que comenzó en la UE en relación con varios temas (sustancias químicas, medio ambiente no tóxico, etiquetado ecológico y ecoinnovación, materias primas fundamentales y fertilizantes), deberá acelerarse para que Europa puede aprovechar todas las ventajas de la transición a una economía circular.

Los contactos con las partes interesadas sugieren que se podrían investigar ámbitos aún no contemplados en el Plan de Acción para completar el programa de la economía circular. Basándose en el ejemplo de la Estrategia europea para el plástico en una economía circular, muchos otros sectores con un elevado impacto ambiental y potencial de circularidad como las tecnologías de la información, los equipos electrónicos, la movilidad, el entorno construido, la minería, el mobiliario, los alimentos y bebidas o los textiles podrían beneficiarse de un enfoque holístico similar para ser más circulares.

Contexto

En 2015, la Comisión adoptó un ambicioso nuevo Plan de Acción para la Economía Circular para respaldar la transición de Europa hacia una economía circular, que impulsaría la competitividad mundial, fomentaría el crecimiento económico sostenible y crearía nuevos puestos de trabajo. Se preveía que las acciones propuestas contribuirían a «cerrar el círculo» de los ciclos de vida de los productos gracias a un mayor reciclado y reutilización, y que reportarían beneficios tanto para el medio ambiente como para la economía. Los planes contribuían a extraer el máximo valor y uso de todas las materias primas, productos y residuos, fomentando el ahorro energético y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, y habían de recibir apoyo financiero con cargo a los Fondos EIE, Horizonte 2020, los fondos estructurales de la UE e inversiones en la economía circular a nivel nacional.

Se ofrece una visión completa de la situación actual de la aplicación del Plan de Acción en un documento de trabajo de los servicios de la Comisión.