Articulo
28 mayo 2025

Convertir la complejidad en ventaja: la nueva estrategia de sostenibilidad

El tercer panel del Foro Tendencias “Twin Transition: digitalización, eficiencia y sostenibilidad. De retos a oportunidades”, organizado por la Plataforma enerTIC.org, mostró cómo organizaciones públicas y privadas están utilizando tecnologías como la inteligencia artificial, el blockchain o los gemelos digitales para transformar retos energéticos en oportunidades reales de eficiencia, resiliencia y valor.

El tercer panel del Foro Tendencias “Twin Transition: digitalización, eficiencia y sostenibilidad. De retos a oportunidades”, organizado por la Plataforma enerTIC.org, mostró cómo organizaciones públicas y privadas están utilizando tecnologías como la inteligencia artificial, el blockchain o los gemelos digitales para transformar retos energéticos en oportunidades reales de eficiencia, resiliencia y valor. Con la participación de Izertis, Inetum, OverIT e Hiberus, se compartieron estrategias tecnológicas aplicadas a entornos reales, desde la gestión de activos y la predicción energética hasta el desarrollo de redes eléctricas inteligentes.

Una de las claves fue entender que el modelo energético ha dejado de ser lineal. La aparición de millones de dispositivos con capacidad de generación, almacenamiento y vertido —placas solares, baterías, vehículos eléctricos, smart meters— obliga a repensar la gobernanza del sistema. En este nuevo paradigma, cada dispositivo puede convertirse en un actor autónomo. Para gestionar esa complejidad, se apuntó a tecnologías como la identidad digital autosoberana, que garantiza que cada elemento de la red actúe de forma segura y trazable. Sumada a la inteligencia artificial, que coordina decisiones en tiempo real, y a la blockchain, que permite establecer contratos inteligentes autoejecutables, esta combinación ofrece una arquitectura descentralizada con enorme potencial transformador.

En esa misma línea, se destacó el papel que juega la inteligencia artificial en la previsión y optimización del consumo energético. En un sistema cada vez más dependiente de fuentes renovables —por definición intermitentes—, los modelos de predicción son fundamentales. Combinando datos históricos, condiciones climáticas y patrones de consumo, estas herramientas permiten anticipar desequilibrios, desplazar picos de demanda y tomar decisiones más eficientes sobre cuándo consumir, almacenar o verter energía. Las baterías, lejos de ser solo un almacén, se convierten en activos dinámicos capaces de optimizar costes y apoyar la estabilidad de la red.

Pero la eficiencia no se queda en la planificación: también llega al terreno. En un contexto de escasez de talento técnico y proliferación de activos distribuidos, los sistemas de gestión de operaciones en campo (field service management) se revelan como aliados esenciales. Plataformas dotadas de inteligencia artificial y capacidades geoespaciales permiten asignar en tiempo real los recursos más adecuados, optimizar desplazamientos, registrar conocimiento en cada intervención e incluso incorporar tecnologías como la realidad aumentada para mejorar la ejecución de tareas complejas. Todo esto se traduce en menos tiempos de inactividad, más resiliencia operativa y mejor servicio al cliente.

Por su parte, el uso de tecnologías digitales en fases tempranas del diseño y la planificación energética también fue destacado. Desde la ingeniería de infraestructuras hasta la implantación de grandes proyectos de hidrógeno o redes inteligentes, contar con simulaciones, asesoramiento experto y herramientas digitales adaptadas permite minimizar errores, reducir plazos y maximizar el retorno de la inversión. La integración temprana de la digitalización no solo mejora la ejecución, sino que refuerza la sostenibilidad y la seguridad desde el origen.

El panel también abordó cómo, en un entorno cada vez más regulado, la adaptabilidad es clave. La complejidad normativa en torno al mercado energético, la movilidad o las infraestructuras críticas exige herramientas que no solo ayuden a cumplir con las obligaciones, sino que permitan anticiparse a los cambios y mantener la eficiencia operativa. Aquí, nuevamente, la digitalización y la inteligencia artificial se convierten en motores de resiliencia.

Por último, se remarcó que ninguna de estas transformaciones sería viable sin una apuesta decidida por la capacitación de los equipos. El reskilling y la formación continua son imprescindibles para asegurar que las organizaciones puedan absorber e implementar los cambios tecnológicos con agilidad y visión. En sectores estratégicos como la energía o la movilidad, el talento es tan crítico como la tecnología.

En conjunto, el panel puso de manifiesto una idea clara: en tiempos de incertidumbre, la diferencia entre sufrir la complejidad o convertirla en ventaja está en cómo se integra la tecnología dentro de la estrategia. La innovación, bien orientada, no solo resuelve problemas: crea nuevas oportunidades. Y en esa ecuación, la inteligencia artificial, la interoperabilidad y la visión de largo plazo no son opcionales, sino fundamentales.

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