La transición energética implica indudablemente trabajar de un modo holístico en la gestión de la energía, desde su origen hasta el impacto directo que tiene en nuestro entorno. Por ello, resulta esencial para todo tipo de organizaciones incorporar herramientas y capacidades digitales en todo ese proceso de cambio que conlleve a una gestión activa de la demanda.
Estos procesos de transformación permiten ser eficientes desde el punto de vista del consumo energético reduciendo el gasto asociado. La red se digitaliza y, mediante el uso de instrumentos tecnológicos, se obtiene un flujo constante de datos. Gracias a tecnologías como el big data se procesan millones de datos que junto con la IA ayudan a comprender las necesidades energéticas, optimizarlas, generar patrones y reducir fallos anticipándose incluso a posibles problemas que puedan surgir en las instalaciones.
No solo se reduce el gasto energético, también se eliminan las redundancias, las malas prácticas o las incidencias sobre la red.
La gestión tradicional de la energía deja de ser competitiva para las empresas que no apuestan por la digitalización utilizando los datos generados para ser más eficientes, automatizar los procesos y reducir costes tan necesarios hoy en día para las compañías que deben ser muy eficientes en términos de gasto y reducir todo aquello que no sea estrictamente necesario.
Dentro de la transición energética, una parte importante reside en modular la demanda de energía de las instalaciones mediante la digitalización como palanca que permita integrar soluciones transversales. Asignar la demanda precisa de energía necesaria en cada momento para ofrecer los recursos disponibles de manera óptima.
Los proyectos deben ser acometidos más allá del cambio a energías más limpias, sino también a una gestión más inteligente. Es decir, ayudar a comprender cuándo se necesitan más recursos y cuándo menos ajustando a ello el consumo de la energía.
Para ello Balantia, se ha preparado a través del sistema de gestión e-Value que orbita en la gestión activa de datos energéticos digitalizados como una herramienta que casa la facilitación de la digitalización de las redes con la eficiencia energética de las empresas.
Es necesario comprender qué precisan las instalaciones evolucionando hacia soluciones digitales integrales adaptadas a las características energéticas de las diferentes instalaciones y el uso que se hace de ellas (consumos reales, equipos consumidores y generadores, entre otros), para que desde las compañías puedan llevar a cabo soluciones energéticas que conviertan aspiraciones en realidades concretas.