El término “Green Technology” o tecnología sostenible hace referencia al uso de la tecnología y la ciencia para reducir el daño medioambiental.
Aplicar este enfoque a la tecnología tiene muchos beneficios. El más claro y fundamental es preservar las condiciones de habitabilidad de nuestro planeta. Además, tiene implicaciones reputacionales para la empresa, así como en la motivación de las personas empleadas, en la fidelización de los clientes… También los inversores hace tiempo que empezaron a tener en cuenta el criterio de sostenibilidad.
La tecnología puede ser una palanca de cambio hacia un mundo mejor y más sostenible, con soluciones que además de aportar valor de negocio, a la vez sean capaces de reducir la huella de carbono y contribuir al bien común. Las soluciones para la Industria 4.0 así como las dirigidas a las smart cities, los smart buildings o la smart mobility se seguirán apoyando en la sensórica, el Internet de las Cosas (IoT) y la nube para crear ciudades y territorios más habitables para sus ciudadanos, con soluciones de movilidad que reduzcan los atascos con más y mejores datos en tiempo real, soluciones para una mejor gestión de los residuos, soluciones para el control y autogeneración energética de los edificios, soluciones inteligentes para mejorar la autonomía de nuestros mayores en sus propias casas, y un largo etcétera.
Cloud cero neto
A nivel empresarial, el compromiso cero neto es un compromiso que han asumido muchas organizaciones para reducir su impacto ambiental. Básicamente, se trata de un compromiso de alcanzar un equilibrio entre la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que emiten y la cantidad que son retiradas de la atmósfera.
En este punto se suele distinguir entre las emisiones de tipo 1, que son las generadas directamente por la actividad de la compañía, las de tipo 2 que son las indirectas asociadas a la electricidad consumida, y las de tipo 3 que son las que se generan en el resto de la cadena de valor. Existen algunas pocas empresas «first movers» que han hecho un esfuerzo en alcanzar la neutralidad en los últimos años. Un gran ejemplo en España es SEIDOR, que ha obtenido la certificación de neutralidad de carbono (referida a las emisiones de tipo 1 y 2) del MITECO gracias a iniciativas valientes como el Proyecto Bosque.
Incluir las emisiones de alcance 3 en la neutralidad de carbono es más complejo porque involucra actores externos y procesos fuera del control directo de la organización. Sin embargo, los grandes players de cloud, como Microsoft, AWS y Google, están integrando estas emisiones en sus objetivos. Implica reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (por ejemplo, mediante el uso de energías renovables en sus centros de datos) y compensar las emisiones que no puedan ser eliminadas completamente (por ejemplo, mediante la inversión en proyectos de carbono neutro o la compra de créditos de carbono). Veamos a continuación los compromisos de los principales cloud públicos:
- Microsoft ha establecido el objetivo de ser carbono negativo para el año 2030, es decir, retirar más carbono de la atmósfera del que emiten. Además, planean eliminar todo el carbono que ha emitido desde su fundación en 1975 para 2050 (!). Está invirtiendo en tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, usando energía renovable en todas sus operaciones y promoviendo herramientas digitales para que sus clientes reduzcan su huella de carbono.
- AWS (Amazon Web Services) está comprometida a operar con energía 100% renovable para 2025 y alcanzar la neutralidad en carbono para 2040. La empresa está desarrollando proyectos de energía eólica y solar en todo el mundo, además de innovar en eficiencia energética en sus centros de datos. También proporciona herramientas basadas en la nube para ayudar a empresas a medir y reducir su impacto ambiental.
- Google está consiguiendo igualar el 100% del consumo anual de electricidad de sus operaciones globales con compras de energía renovable desde 2017, y planea conseguir cero emisiones netas de carbono en todas sus operaciones globales para 2030. Está invirtiendo en energía solar, eólica y almacenamiento de energía, así como en tecnologías para optimizar la eficiencia energética.
Se trata de un camino no exento de dificultades para los grandes players de cloud. No se puede negar que existe en este momento una gran incertidumbre en torno al impacto ambiental futuro de la IA. Todos los proveedores están avanzando en el uso de energía renovable, tecnologías de eficiencia y programas de compensación de carbono, pero a la vez generan más emisiones que nunca desde que empezó el auge de la IA hace dos años. En Microsoft, el balance de las emisiones de tipo 1 y 2 es actualmente negativo, debido a que la electricidad utilizada es 100% renovable y que se realiza muchísimo esfuerzo en compensar carbono. Es un gran éxito. Pero a la vez han reportado un incremento en un 30% de sus emisiones totales respecto a la línea base de 2020 debido a la construcción de más centros de datos.
En todo caso todos estos proveedores de cloud sostienen en sus reportes de sostenibilidad de 2024 que sus objetivos se mantienen inalterables. Basta con leer los reports anuales de sostenibilidad para constatar el enorme esfuerzo realizado por todos ellos. Este compromiso medioambiental de los proveedores de cloud público es una oportunidad para todos, pues nos permite reducir nuestra propia huella de carbono al elegir proveedores que están comprometidos con la sostenibilidad ambiental. Y como ya se ha comentado, existen herramientas específicas que los cloud públicos ponen a disposición de todos para calcular las emisiones de nuestras cargas de trabajo en el cloud y el ahorro que suponen respecto alternativas onpremise.
Todo ello nos permite afirmar que la migración al cloud se mantiene en la actualidad y pese a las dificultades como uno de los mejores caminos que podemos recorrer todas las empresas para reforzar nuestro compromiso con el medio ambiente y reducir nuestras emisiones.