Articulo
06 marzo 2025

Energía y digitalización: los retos y oportunidades del sector en la transición sostenible

El sector energético se encuentra en un momento clave de transformación. La digitalización, la integración de energías renovables y la necesidad de garantizar un suministro estable y sostenible plantean retos que exigen nuevas estrategias y soluciones innovadoras. En este análisis, exploramos cómo la tecnología, la regulación y la colaboración entre actores del sector pueden impulsar la eficiencia operativa, mejorar la flexibilidad del sistema y fortalecer la seguridad energética en un contexto de cambio acelerado.

La digitalización, la integración de energías renovables y la necesidad de garantizar un sistema energético flexible y sostenible están redefiniendo el futuro del sector. En un coloquio organizado por la Plataforma enerTIC, directivos y responsables del sector energético y de las utilities, junto con administraciones públicas, organismos tractores y empresas tecnológicas, analizaron los principales desafíos y oportunidades que marcan esta transformación. En este resumen, que se ampliará próximamente en un informe, se recogen las reflexiones, estrategias y conclusiones surgidas del debate, destacando el papel de la innovación y la colaboración en la evolución del modelo energético.

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El trilema energético y estrategias de digitalización

El sector energético se enfrenta al reto de encontrar un equilibrio entre la garantía de un suministro estable, la reducción del impacto ambiental y la viabilidad económica del sistema. Este equilibrio, conocido como el trilema energético, es clave para lograr un modelo energético sostenible y competitivo en el largo plazo., un equilibrio conocido como el trilema energético. Este concepto, ampliamente reconocido en el sector, hace referencia a la necesidad de garantizar un suministro energético fiable, minimizar el impacto ambiental y asegurar la viabilidad económica del sistema energético., un equilibrio conocido como el trilema energético. Este concepto, ampliamente reconocido en el sector, hace referencia a la dificultad de garantizar simultáneamente un suministro energético fiable, una transición hacia modelos sostenibles y unos costes accesibles tanto para consumidores como para empresas.

Durante el desayuno-coloquio, se destacó la importancia de la transformación digital como un habilitador clave para gestionar este equilibrio. La digitalización no solo facilita la optimización de los recursos energéticos y la eficiencia operativa, sino que también permite la adaptación a los cambios en la demanda y la generación en tiempo real. Se coincidió en que la capacidad de integrar nuevas herramientas de monitorización y análisis es crucial para mejorar la resiliencia del sistema y garantizar un suministro estable.

Uno de los aspectos clave del debate fue la necesidad de dotar al sistema energético de mayor flexibilidad, tanto en la generación como en la distribución y el consumo. En este sentido, se destacó la importancia de contar con infraestructuras capaces de gestionar eficientemente la variabilidad de las fuentes renovables y de responder a las necesidades de la red de manera dinámica. Asimismo, se abordó la necesidad de estrategias que promuevan una mejor integración de los recursos energéticos distribuidos y un uso más eficiente de las capacidades de almacenamiento.

Además, se puso de manifiesto que, para que la digitalización sea una herramienta efectiva en la resolución del trilema energético, es imprescindible contar con un marco normativo que facilite su implementación. Se resaltó la importancia de que la regulación sea flexible y permita la adopción de nuevos modelos de gestión energética sin generar incertidumbre en el sector. La colaboración entre empresas energéticas, tecnológicas y organismos reguladores se identificó como un elemento clave para establecer criterios que favorezcan la innovación sin comprometer la estabilidad del sistema.

En este contexto, las empresas participantes compartieron distintas estrategias que están implementando para abordar estos retos dentro de sus propias operaciones. Algunas destacaron el papel de los modelos de gestión digitalizada para mejorar la planificación y optimización del consumo, mientras que otras pusieron énfasis en el desarrollo de soluciones que permitan una mayor eficiencia en la generación y distribución de energía.

La digitalización no solo facilita la optimización de los recursos energéticos y la eficiencia operativa, sino que también permite la adaptación a los cambios en la demanda y la generación en tiempo real.

Infraestructuras, redes y digitalización del suministro

La modernización de las infraestructuras energéticas es un factor clave en la transformación del sector, permitiendo no solo mejorar la eficiencia operativa, sino también garantizar la integración de energías renovables y optimizar el uso de los recursos disponibles. Durante el desayuno-coloquio, se abordaron los principales desafíos y oportunidades que enfrenta el sector en este ámbito, poniendo especial énfasis en el papel de la digitalización como catalizador del cambio.

Uno de los puntos destacados del debate fue la necesidad de contar con redes de distribución más inteligentes y resilientes, capaces de adaptarse a las variaciones en la generación y el consumo de energía. Se señaló que la implementación de tecnologías digitales permite mejorar la monitorización y control de la red en tiempo real, facilitando una gestión más eficiente y reduciendo las pérdidas energéticas.

Asimismo, se discutió la importancia de optimizar el almacenamiento de energía como un componente esencial para mejorar la estabilidad del suministro. Se destacó que, aunque las soluciones de almacenamiento han avanzado significativamente, su viabilidad económica sigue siendo un reto para una adopción masiva. En este sentido, los participantes coincidieron en la necesidad de impulsar estrategias que fomenten la inversión en almacenamiento y su integración con las redes existentes.

Otro aspecto clave analizado fue la digitalización del suministro, que está transformando la relación entre productores, distribuidores y consumidores de energía. Se destacó que el uso de plataformas avanzadas de análisis de datos y automatización permite mejorar la previsión de la demanda y optimizar el balance entre oferta y consumo. Además, se resaltó la importancia de la conectividad y la interoperabilidad de los sistemas, para garantizar una transición fluida hacia modelos de gestión más flexibles y descentralizados.

En este contexto, se subrayó la necesidad de fortalecer la ciberseguridad en las infraestructuras energéticas digitales. A medida que aumenta la digitalización del sector, también crecen los riesgos asociados a ataques y vulnerabilidades en la red. Se destacó la importancia de implementar estrategias de protección avanzadas y fomentar la colaboración entre actores del sector para compartir mejores prácticas y fortalecer la resiliencia de los sistemas.

El avance hacia infraestructuras más digitalizadas y redes inteligentes representa una oportunidad clave para mejorar la eficiencia, reducir costes y avanzar en los objetivos de sostenibilidad del sector energético. Sin embargo, para que esta transición sea efectiva, es necesario contar con un marco regulador adecuado y con incentivos que faciliten la inversión en nuevas tecnologías y la modernización del sistema eléctrico.

Garantizar un sistema energético más eficiente, flexible y sostenible requiere abordar desafíos clave como la integración de renovables, la digitalización del suministro y la evolución del marco regulatorio.

 

Nuevos paradigmas energéticos: demanda, almacenamiento y renovables

El modelo energético actual se encuentra en un proceso de transformación acelerada debido al auge de las energías renovables, el incremento en la electrificación de la demanda y la necesidad de desarrollar soluciones de almacenamiento eficientes. Este cambio responde a la creciente presión por reducir las emisiones de carbono y avanzar hacia un sistema energético más resiliente y flexible.

Uno de los principales retos que enfrenta el sector es la gestión de la demanda en un entorno caracterizado por la variabilidad de la generación renovable. La previsión y adaptación del consumo se han convertido en factores clave para garantizar la estabilidad del sistema, evitando desequilibrios entre la producción y la demanda de energía. En este sentido, se han impulsado estrategias que buscan optimizar la gestión de la demanda, promoviendo mecanismos de flexibilidad que permitan a los consumidores ajustar su consumo en función de la disponibilidad de recursos renovables.

El almacenamiento de energía juega un papel fundamental en este nuevo paradigma. Se destacó que, aunque se han logrado avances significativos en tecnologías de almacenamiento, su implementación a gran escala sigue enfrentando barreras económicas y operativas. Las soluciones de almacenamiento permiten mitigar la intermitencia de fuentes como la solar y la eólica, facilitando un aprovechamiento más eficiente de la energía generada y mejorando la seguridad del suministro.

Por otro lado, la integración de renovables en el mix energético plantea desafíos técnicos y regulatorios. La estabilidad de la red requiere un enfoque coordinado que combine generación distribuida, sistemas de almacenamiento y redes inteligentes. La digitalización emerge como un elemento clave para la gestión de estos recursos, permitiendo una mayor visibilidad y control sobre la producción y el consumo de energía.

A medida que se avanza en la transición hacia un modelo más sostenible, será necesario seguir impulsando estrategias que permitan maximizar la eficiencia y rentabilidad de las energías renovables. La combinación de almacenamiento, gestión de la demanda y digitalización se presenta como un camino viable para lograr un sistema energético más equilibrado y sostenible en el futuro.

La flexibilidad del sistema energético es clave para integrar fuentes renovables, gestionar la variabilidad de la demanda y garantizar la estabilidad del suministro.

Marco regulatorio y desafíos para la innovación

El desarrollo de un sector energético eficiente, sostenible y digitalizado depende en gran medida de un marco regulador que acompañe e impulse la innovación. La adaptación de la normativa a la realidad de la transición energética es un aspecto clave para facilitar la adopción de nuevas tecnologías, garantizar la seguridad del suministro y mejorar la competitividad del mercado.

Uno de los principales desafíos identificados es la brecha existente entre el avance tecnológico y la velocidad de actualización de las regulaciones. Mientras que la digitalización y la incorporación de nuevas fuentes de energía evolucionan rápidamente, los marcos normativos tienden a ser más rígidos, lo que puede generar barreras para la implementación de soluciones innovadoras.

Asimismo, se destacó la importancia de fomentar entornos regulatorios que permitan la experimentación y la validación de nuevas tecnologías sin comprometer la estabilidad del sistema. En este sentido, los sandboxes regulatorios han surgido como una herramienta útil para testar modelos innovadores en un entorno controlado antes de su implementación a gran escala.

Otro aspecto clave es la necesidad de garantizar que la regulación sea flexible y fomente la colaboración público-privada. La integración de renovables, la digitalización del suministro y el almacenamiento de energía requieren de normativas que faciliten su adopción, promoviendo incentivos adecuados y evitando restricciones innecesarias.

Además, se planteó la importancia de la coordinación entre las políticas nacionales y europeas para evitar divergencias regulatorias que puedan dificultar la implementación de soluciones tecnológicas. La armonización normativa es un factor clave para crear un ecosistema energético más dinámico, eficiente y preparado para los retos del futuro.

 

Conclusiones

El sector energético avanza hacia un modelo más eficiente, sostenible y digitalizado, en el que la transformación tecnológica se ha consolidado como un elemento clave. La digitalización ha demostrado ser fundamental para optimizar la eficiencia energética, mejorar la gestión del suministro y facilitar la integración de energías renovables en el sistema. Esta evolución no solo permite un uso más racional de los recursos, sino que también contribuye a la reducción de costes y a una mayor competitividad en el mercado.

Uno de los aspectos más relevantes identificados es la necesidad de dotar al sistema energético de una mayor flexibilidad para garantizar la estabilidad del suministro. La creciente electrificación y la variabilidad de la generación renovable hacen imprescindible contar con estrategias que permitan una gestión más dinámica de la demanda y una mejor integración del almacenamiento energético. A pesar de los avances en este ámbito, se reconoce que la viabilidad económica de las soluciones de almacenamiento sigue siendo un reto a abordar en los próximos años.

La regulación juega un papel determinante en la evolución del sector. La adaptación de los marcos normativos a los avances tecnológicos resulta imprescindible para fomentar la innovación y facilitar la implementación de modelos de gestión más eficientes. La colaboración entre organismos reguladores, empresas energéticas y tecnológicas es un factor clave para desarrollar normativas flexibles que permitan la transición hacia un sistema más descentralizado y digitalizado, sin comprometer la estabilidad del mercado.

En este contexto, la ciberseguridad se posiciona como un desafío prioritario. La creciente digitalización del sector ha incrementado la exposición a riesgos y amenazas que pueden comprometer la operatividad del sistema energético. Es imprescindible adoptar medidas avanzadas de protección, promoviendo la cooperación entre empresas y entidades públicas para garantizar la resiliencia de las infraestructuras críticas.

Finalmente, la transición energética exige una planificación estratégica que combine innovación tecnológica, inversiones sostenibles y políticas que impulsen la competitividad del sector. Para ello, es necesario continuar fomentando el desarrollo de soluciones que permitan mejorar la eficiencia operativa, garantizar la seguridad del suministro y avanzar en los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.

Retos identificados

A lo largo del desayuno-coloquio se identificaron una serie de retos clave que afectan al sector energético en su camino hacia la digitalización y la sostenibilidad. Estos desafíos deben abordarse de manera estratégica para garantizar un sistema más eficiente, resiliente y competitivo.

  • Flexibilidad del sistema energético: la creciente integración de fuentes renovables exige infraestructuras capaces de gestionar la variabilidad de la generación y la demanda de manera eficiente.
  • Almacenamiento de energía a gran escala: a pesar de los avances tecnológicos, la viabilidad económica del almacenamiento energético sigue siendo un obstáculo para su adopción masiva.
  • Adaptación del marco regulatorio: la evolución tecnológica avanza más rápido que la normativa, lo que genera incertidumbre y dificulta la implementación de soluciones innovadoras.
  • Ciberseguridad en infraestructuras digitales: la digitalización del sector energético conlleva un aumento de los riesgos en ciberseguridad, lo que hace imprescindible desarrollar estrategias de protección avanzadas.
  • Coordinación entre actores del sector: la colaboración entre empresas energéticas, tecnológicas y administraciones públicas es fundamental para facilitar la transición energética y la adopción de nuevas soluciones digitales.

Tras analizar los mismos, el Comité de Expertos Tecnologías disruptivas en las Operaciones en el Sector Energético para la mejora de la Eficiencia Energética y Sostenibilidad escogerá uno de ellos y desarrollará un informe “El Reto” con una propuesta de soluciones al mismo.

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Desayuno - Coloquio: Nuevos retos para el sector energético y las utilities. De desafíos a oportunidades con la transformación de las Infraestructuras Tecnológicas

Durante el encuentro directivos de compañías del sector energético y las utilities, organismos tractores y empresas tecnológicas asociadas a enerTIC.org pusieron en común retos, tendencias… y se identificaron aquellas tecnologías y herramientas clave para seguir avanzando en la transformación de las ciudades ante el nuevo paradigma de la sostenibilidad.


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