¿Qué papel juega la tecnología en conseguir que edificios, instituciones, ciudades, industrias o centros de datos sean más eficientes energéticamente hablando?, ¿cuáles considera que son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
La tecnología juega un papel fundamental y necesario, empezando porque la generación y gestión de energías renovables no hubiese sido posible sin el desarrollo tecnológico afín, y llegando a los procesos actuales centrados en la medición, automatización y digitalización de patrones de consumo a través de dispositivos conectados, aplicación de la inteligencia artificial o la propia tecnología blockchain. En mi opinión, el principal reto pasa por aterrizar e integrar en el día a día de empresas y particulares estos procedimientos, y desde un punto de vista más global, seguir generando conocimiento e innovación escalable para acelerar la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
El principal foco de interés de los Smart Buildings es la eficiencia energética. ¿Qué aporta la tecnología en este sentido?
En primer lugar nos permite tomar mejores decisiones. La tecnología nos proporciona la capacidad de medir, analizar y procesar de una manera integrada multitud de parámetros e indicadores, y detectar, por tanto, áreas de mejora sobre las que actuar. Este potencial se evidencia mucho en un concepto tan extendido como es últimamente la medición de la huella de carbono.
A partir de ahí, constituyen también la base para generar sistemas de control y optimización cada vez más sofisticados desde el punto de vista de la conectividad o la automatización. A su vez la tecnología es didáctica en el sentido de que nos ayuda a simplificar y trasladar información a priori compleja a cualquier usuario -paneles con medición de indicadores en tiempo real, por ejemplo-, por lo que es una aliada de los gestores para concienciar e incentivar prácticas favorables a nivel individual.
¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC?¿Cuáles considera que son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
El Ayuntamiento de Málaga es pionero y referente en materia de eficiencia energética y y desarrollo de una agenda urbana basada en parámetros de sostenibilidad. Cabe recordar que ya en 2009 desarrolló y probó la primera iniciativa en Europa que trabajaba con tecnologías integradas en un ‘living lab’ real y en un entorno real: el proyecto Smartcity Málaga, que supuso, entre otras cosas, que 15.000 ciudadanos de Málaga fueran los primeros en España en tener contadores inteligentes instalados en sus hogares. Desde entonces no hemos parado de trabajar por seguir liderando la innovación urbana en esta materia.
Por mencionar iniciativas recientes, durante los dos últimos años se han puesto en marcha instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo en 16 edificios municipales, lo que nos permitirá cerrar 2023 con un total de 70 instalaciones fotovoltaicas en sus sedes, ya sean propias o de organismos municipales dependientes, que permitirán reducir unas 1.806 toneladas de CO2 anuales. Este proyecto se complementa con la Oficina de Transformación Comunitaria (OTC), un servicio orientado a la difusión, formación y el asesoramiento a la ciudadanía y pymes en todo lo relacionado con las comunidades energéticas.
Además, estamos mejorando nuestra infraestructura de recarga pública de coches eléctricos y estamos trabajando en el proyecto Centesimal. Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la eficiencia energética y monitorizar los niveles de contaminación, ocupación y conocer la salud estructural de 238 edificios, así como construir una red con patrón IOT para la telegestión de toda la sensórica. Son solo algunos ejemplos de una estrategia que prioriza la promoción de la eficiencia energética en los edificios municipales, el fomento de la movilidad sostenible, la transición hacia las renovables y, por supuesto, las acciones que favorezcan la implicación y concienciación ciudadana ante este reto común. La innovación tecnológica se concibe como palanca y valor transversal.
¿Considera que ha mejorado la posición competitiva de su organización con la implantación de Tecnologías de la Información y Comunicaciones? ¿y en lo referente a competitividad energética?
Para un Ayuntamiento su “posición competitiva” se traduce directamente en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, y en este sentido las TICs han sido piedra angular de la estrategia que ha llevado a Málaga a ser referente internacional en gestión urbana innovadora. Málaga cuenta con un presupuesto de unos 20 millones de euros anuales para proyectos de innovación y despliegue de diferentes tecnologías en la ciudad, y para su ejecución partimos de la premisa de que este despliegue tiene que tener un impacto directo en su día a día: pagar el bus o alquilar bicicletas con el móvil, comprobar el estado de las playas, encontrar el desfibrilador más cercano en caso de emergencia, detectar situaciones de peligro para personas mayores que viven solas o analizar los datos de consumo de agua a distancia. Tenemos además un cuadro de mando con más de 950 conjuntos de datos abiertos a disposición de la ciudadanía y las empresas.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Articulando políticas en torno al modelo de cuádruple hélice, es decir, implicando a administraciones, empresas, universidades y a la propia ciudadanía. Debemos asentar una visión global y compartida que apueste por modelos de innovación abierta y desarrollos tecnológicos escalables. Además, desde el ámbito público debemos priorizar estrategias para la alfabetización tecnológica de toda la población, de manera que vayamos eliminando cualquier tipo de brecha.io