¿A qué retos se enfrenta el sector de la aviación en general en lo relativo al uso de las nuevas tecnologías para la mejora de la eficiencia energética, la sostenibilidad y la transformación digital? ¿Y el sector aeroportuario en concreto?
Es indudable que el sector de la aviación se enfrenta a grandes retos en relación al uso de nuevas tecnologías que le permitan mejorar la eficiencia energética y la sostenibilidad y que deberán ir de la mano de la transformación digital.
Concretamente, la mitigación y la adaptación al cambio climático constituyen el mayor reto al que ha tenido que enfrentarse la aviación. La identificación y la maduración tecnologías necesarias para la descarbonización de la aviación entrañan una dificultad muy significativa, por las especiales características de peso y volumen de una aeronave. Del mismo modo, la necesaria adaptación de las infraestructuras aeroportuarias, para dar servicio a las nuevas tecnologías de aeronave, y la transición energética necesaria para proporcionar servicios con “cero emisiones” asociadas a todos nuestros usuarios, tanto pasajeros como compañías aéreas, agentes de asistencia en tierra a aeronaves, etc., es un enorme reto, cuya resolución exige acción inmediata.
Adicionalmente, debemos dar respuesta a las necesidades de un pasajero cada vez más digital e hiperconectado, cuyos canales de comunicación con el entorno están en plena evolución y que demandan servicios diferentes, sin abandonar los canales más tradicionales, que son necesarios para dar el adecuado servicio a las franjas de población de edad más elevada, en un país con una tasa de envejecimiento poblacional cada vez mayor.
De igual manera, no debemos olvidarnos del incremento de la conciencia ambiental del pasajero. No solo debemos caminar con paso firme hacia la descarbonización del transporte aéreo, sino que también debemos comunicar a nuestros usuarios y a la sociedad en general cuál es nuestra postura en relación con este enorme reto.
La buena noticia es que la práctica totalidad de los actores del sector aéreo español han percibido la importancia del problema al que nos enfrentamos, promoviendo desde cada una de las perspectivas, el trabajo colaborativo, que es la única forma de resolución de un problema tan complejo.
En lo que respecta al sector aeroportuario, en la década en que llevo desempeñando mi responsabilidad en el ámbito de la sostenibilidad ambiental, he sido testigo de la enorme evolución que ha sufrido el desempeño en sostenibilidad en los últimos años. Hace algunos años, se gestionaban los aspectos ambientales propios aeroportuarios, fundamentalmente desde la perspectiva de la mitigación del ruido aeronáutico. Sin embargo, nuestra Estrategia de Sostenibilidad en la actualidad, incluye un enfoque holístico, e integra medidas colaborativas con terceras partes, que nos permitirán confluir al cumplimiento de los objetivos del sector del transporte aéreo, en su vertiente de sostenibilidad y contribuir a los objetivos de digitalización de la compañía.
En Aena estamos firmemente comprometidos con la eficiencia energética y la sostenibilidad y somos conscientes de que el despliegue de nuevas tecnologías y la transformación digital de nuestros aeropuertos es la clave. Es por ello que en 2021 aprobamos nuestra Estrategia de Sostenibilidad 2021-2030 con una asignación de 750 millones de euros.
Dentro de los proyectos desarrollados en el marco de dicha estrategia, destacan la implantación de plataformas de gestión energética en diversos aeropuertos, la implementación de energía geotérmica en los aeropuertos de AS Madrid-Barajas, JT Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca, la conexión de la central de trigeneración del aeropuerto de AS Madrid-Barajas con las Terminales 1, 2 y 3 con el fin aprovechar la energía térmica excedente, así como el empleo combustibles limpios e hidrógeno en la misma y actuaciones para la validación operativa de la innovadora tecnología de módulo iónico, como generador de electricidad renovable “in situ” en el aparcamiento de la T1 del aeropuerto AS Madrid-Barajas para la recarga rápida de vehículos eléctricos.
Además, en Aena tenemos el objetivo de convertir nuestros aeropuertos en “smart airports” (aeropuertos inteligentes), aprovechando la tecnología y la digitalización para favorecer la experiencia del pasajero, haciendo más fluida y cómoda su estancia, y orientándoles para que la elección de alternativas sostenibles sea sencilla y rápida.
En esta línea, Aena trabaja ya en diversos proyectos que facilitan las elecciones responsables y sostenibles de los pasajeros y se focalizan en la innovación y digitalización. A este respecto, merecen especial mención los proyectos de biometría aplicada a procesos aeroportuarios, que permite un ahorro energético importante asociado a la mayor eficiencia en el flujo de pasajeros, así como un ahorro de papel, y la puesta en marcha de Meep, plataforma de movilidad que permitirá planificar, reservar y pagar todos los medios de transporte desde una única aplicación, promoviendo la intermodalidad sostenible.
En Aena somos muy conscientes de que los grandes retos a los que nos enfrentamos nos obligan a reinventarnos; el sector del transporte aéreo su totalidad deberá realizar grandes transformaciones. Son las soluciones innovadoras las que deben apalancar un cambio de rumbo hacia modelos de negocio más eficientes y sostenibles, respetuosos con el medio ambiente y la sociedad y alineados con los objetivos nacionales y europeos en materia ambiental.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Aunque en mi opinión es muy difícil definir una fórmula general válida para cualquier contexto empresarial y cualquier tecnología, lo que puedo discernir es que, en primer lugar, será necesario revisar la situación actual, analizar las principales brechas tecnológicas e identificar las actuaciones clave para la consecución de los objetivos de cada compañía.
A continuación, será necesario determinar los principales indicadores económicos, sociales y ambientales de cada una de las iniciativas, conforme a la priorización establecida, valorar el impacto de cada propuesta en el modelo de negocio de la compañía, y priorizar las iniciativas conforme a la maximización del impacto positivo en el negocio.
Todo esto nos conduce a la elaboración del correspondiente plan estratégico, que deberá guiar el despliegue tecnológico de la compañía, y que deberá actualizarse con la cadencia necesaria, teniendo en cuenta al avance exponencial de las nuevas tecnologías en la gran parte de los sectores.
Por otra parte, el despliegue eficiente de las tecnologías solo puede conseguirse con una planificación ágil, que pueda adaptarse rápidamente para conseguir los resultados deseados, y una ejecución eficaz.
Asimismo, es muy importante contar desde el primer momento con todos aquellos que puedan jugar un papel para impulsar el despliegue tecnológico, mediante la creación de equipos transversales y multidisciplinares, involucrando, en caso necesario, a los expertos con el know-how necesario, tanto de dentro como de fuera de la compañía, y estableciendo las alianzas necesarias en el entorno empresarial y/o con las administraciones públicas.
Un buen ejemplo de esto es la implantación de las tecnologías necesarias para la descarbonización de la aviación, que está haciendo necesaria la colaboración de todo el ecosistema de la aviación. A este respecto, en el sector de la aviación en Europa, se trabaja desde hace años con una hoja de ruta, conocida como Destination 2050 – A Route to Net Zero European Aviation, que facilitará el despliegue eficiente de nuevas tecnologías de la energía, para alcanzar el objetivo de que todos los vuelos europeos se realicen con cero emisiones netas de CO2 para el año 2050.
De entre todas las medidas que incluye el documento, hay cuatro que resultarán clave y son ejemplo de la planificación del despliegue de las tecnologías: el uso de combustibles de aviación sostenibles, las mejoras en la tecnología de aeronaves, las mejoras en la gestión del tráfico aéreo y las operaciones de las aeronaves y el desarrollo de infraestructuras aeroportuarias sostenibles.
En esta hoja de ruta se tienen en cuenta a los diferentes actores que posibilitarán el despliegue de las tecnologías: fabricantes de aeronaves, aerolíneas, aeropuertos, proveedores de servicios de control de tráfico aéreo, gobiernos, los reguladores, las organizaciones no gubernamentales y el público en general. Cabe destacar el papel fundamental de las administraciones para proporcionar un marco regulatorio estable y promover la inversión necesaria.
Por todo lo anterior, sin duda, las nuevas tecnologías energéticas y las TICS son clave para la resolución de los grandes retos de sostenibilidad de la aviación.
¿Cuál ha sido su papel en este ámbito? ¿En su organización hay más implicados en estos temas (CIO, COO, CEO…)?
Tengo la gran suerte de que los roles que he asumido a lo largo de mi trayectoria en Aena, me han permitido impulsar y colaborar en la realización de una gran variedad de proyectos para la adopción de nuevas tecnologías. Desde la creación de la Dirección de Innovación, Sostenibilidad y Experiencia del Cliente en Aena en el año 2021, cuya andadura se inició con un escaso número de recursos pero con una enorme ilusión por contribuir a la modernización de la compañía, bajo la dirección y el impulso de Amparo Brea, Chief Green Officer de Aena, y contando con la inestimable colaboración de un equipo con alta capacitación técnica, que ha suplido la escasez de recursos con una enorme motivación, he impulsado la definición de la Estrategia de Sostenibilidad de Aena, y su Plan de Acción Climático, y supervisado la consecución de sus objetivos. Entre mis responsabilidades también se encuentran reportar el desempeño de la empresa en materia de sostenibilidad a los accionistas, inversores, clientes y otros grupos de interés, y posibilitar el reporte a la Junta General de Accionistas de Aena del grado de implementación del Plan de Acción Climática de Aena, para votación consultiva, de forma anual. En el ámbito de mi responsabilidad también se encuentra la identificación de tecnologías para la sostenibilidad aplicables, para cuya implantación se hace necesario gestionar las colaboraciones con otras partes interesadas y el despliegue de nuevas tecnologías en el ámbito aeroportuario.
La ejecución de las tareas referidas anteriormente no habría sido posible, sin el apoyo sin fisuras a la Estrategia de Sostenibilidad por parte, tanto del Comité de Dirección Ejecutivo, como del CEO y de Consejo de Administración de Aena, y por el refuerzo de los mecanismos de gobernanza de la sostenibilidad de la compañía, entre los que destacan la creación de una Comisión de Sostenibilidad, adscrita al Consejo de Administración de Aena, y el reforzamiento de la estructura ejecutiva de Sostenibilidad. Adicionalmente, hemos logrado hacer extensivo el compromiso de la compañía con la sostenibilidad al conjunto de todos los trabajadores, desde los directivos a los empleados de todas las ocupaciones. A través de la sostenibilidad, se refuerza el compromiso con los valores y objetivos de la empresa, fomentando entre los trabajadores el orgullo de pertenencia a una organización que se preocupa por la sostenibilidad social y ambiental, y que apuesta por la innovación y la tecnología para resolver los grandes retos de este siglo.
¿Considera que ha mejorado la posición competitiva de su organización con la implantación de Tecnologías de la Información y Comunicaciones? ¿y en lo referente a competitividad energética?
Nuestra posición competitiva ha mejorado sin lugar a dudas gracias a la implementación de las TICs. Es evidente que las tecnologías de la información y comunicación (TIC) son fundamentales para mejorar cualquier actividad operacional y ofrecen ventajas empresariales básicas para consolidarse en un mercado global. Además, resultan indispensables para gestionar el conocimiento dentro de la compañía y generar innovación.
En relación a la competitividad energética, en nuestro caso cabe destacar que la implantación de las TICs nos ha permitido, por ejemplo, la mejora de la eficiencia de nuestras infraestructuras, no solo a través de nuevas versiones mejoradas de instalaciones existentes, sino en la incorporación de nuevas herramientas como las plataformas inteligentes de gestión de la energía para monitorizar y minimizar los consumos de nuestros aeropuertos a través de la aplicación de soluciones particularizadas para cada caso.
La utilización de softwares de gestión energética nos proporciona información clave, muy difícil de obtener mediante otros medios no tecnológicos, para tomar decisiones críticas de gestión de nuestras infraestructuras y equipos incluso en tiempo real.
Asimismo, y de cara a futuro, teniendo en cuenta la previsión de despliegue del Plan Fotovoltaico de Aena, cuyo objetivo es generar energía para autoconsumo de la red aeroportuaria española, nuestro objetivo es la optimización de la gestión energética a través de una plataforma en la nube que pueda gestionar los recursos disponibles en redes de distribución inteligentes e integrar diferentes dispositivos flexibles como baterías, vehículos eléctricos e hidrógeno, así como demandas gestionables, permitiéndonos tomar las decisiones óptimas para maximizar el uso de las energías renovables y combustibles “cero emisiones”, y minimizar los costes energéticos.
Todo ello contribuye y contribuirá de manera decisiva a nuestra competitividad, ya que nos permite optimizar el uso de nuestras instalaciones, limitar nuestra dependencia energética, reducir costes e incluso mejorar el confort y la satisfacción de nuestros pasajeros.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Tengo plena confianza en las capacidades de España para convertirse en un referente en tecnologías de la sostenibilidad, tanto en cuanto a producción de energías renovables como a producción y empleo de combustibles sostenibles, con especial foco en el hidrógeno renovable.
El hidrógeno está recuperando la atención y creciendo rápidamente en Europa y en todo el mundo, se puede utilizar como materia prima, combustible o portador de energía y almacenamiento, con muchas aplicaciones potenciales en la industria, el transporte, la energía y la construcción. Lo más importante es que su uso elimina las emisiones de dióxido de carbono, proporcionando una solución para la descarbonización de procesos industriales y sectores de la economía donde la reducción de carbono es urgente y difícil de lograr.
España tiene un alto potencial para ser el hub de hidrógeno de Europa: tiene una posición geográfica y climática claves, con una gran capacidad de generación de renovables, capacidad industrial y una red de infraestructuras amplia y adaptable al hidrógeno. Adicionalmente proyecto H2MED refuerza el papel de la península como polo productivo de hidrógeno, proporcionando solución logística para su distribución al resto de Europa. Según las principales empresas energéticas españolas, partir de 2030 España podría aportar a Europa hasta el 20% de la producción de hidrógeno esperada en Europa.
El hidrógeno se convertirá en un vector energético crucial, en particular para sectores difíciles de descarbonizar como el transporte por carretera, el sector marítimo o el de la aviación. Asimismo, en el sector transporte en general será también muy importante el uso de otros combustibles sostenibles y la electrificación.
Creo que nuestro país debe apostar fuertemente por convertirse en el hub energético de Europa aprovechando nuestra disponibilidad de recursos naturales para producción de electricidad renovable y para producción de hidrógeno verde y biocombustibles. Estas energías apalancarán la descarbonización del transporte, así como la reducción de costes operativos, lo que incrementaría la competitividad del transporte aéreo (entre otros) y reforzaría el sector turismo, los que nos podrían situar asimismo como referentes en transporte sostenible y conectividad, con una repercusión muy positiva en nuestro PIB.