¿Esta España preparada para para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030-2050?
Aunque España dispone del Plan de Acción para la implementación de la Agenda 2030, queda trabajo por hacer. Por ejemplo, hay territorios en los que la generación de renovables se está abriendo paso a buen ritmo y territorios, como Cataluña, en los que cuesta mucho avanzar y se están quedando atrás. España tiene los recursos necesarios para cumplir con los objetivos de la Agenda, como son la igualdad de género, la energía asequible y no contaminante, el trabajo decente y el desarrollo económico, la capacidad industrial, las iniciativas innovadoras y las infraestructuras. Y, además, todo esto está respaldado por un ambicioso enfoque normativo que viene de Europa que allana el camino. Pero necesitamos acabar de dar esa vuelta imprescindible a nuestro modelo económico para que trabaje en pro de preservar el medio ambiente y contribuya a renovar nuestra sociedad. Quizá, lo que necesitamos es cambiar un poco la mentalidad. Y, como comentaba, la normativa europea es una ayuda.
¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?
Sí y ¡y mil veces sí! Es momento de grandes cambios y nuevos retos como consecuencia de la crisis energética, la transformación de las centrales de generación con combustibles fósiles y la penetración de la generación de renovables distribuida. A todo esto, hay que sumar la escasez de materiales agravada por las recientes guerras en Ucrania y Oriente Próximo. Esta tesitura nos conduce a un reto medioambiental y de cambio de rumbo necesario y sin precedentes. Lo que comentábamos antes: hemos de abrir la mente a lo que está por venir y que debe venir.
Y uno de los agentes que ya ha abierto su mente es el sector energético tradicional. Porque debe hacer frente a los desafíos de la transición energética que pasan por adaptar el modelo de negocio a lo que la sociedad demanda. En Anell ya estamos en ello. La energía es imprescindible para el crecimiento y el bienestar de la sociedad y para tener un desarrollo económico sostenible. Desde Anell nos gusta recordar que sin energía no hay Internet y, sin Internet, no hay series en streaming. Además, debemos tener en cuenta que hemos pasado de relacionarnos con la energía dándole a un interruptor y encendiendo la luz, a ponernos placas solares en casa y a decidir como generamos y queremos consumir. Así que tenemos sobre la mesa un mayor compromiso de la ciudadanía con su energía y, como no, con el impacto de su estilo de vida en la crisis climática. El momento es crucial.
Nuestro papel como compañías energéticas pasa por anticiparnos a las necesidades del cliente y por hacerlo teniendo en cuenta que nuestro impacto en el planeta sea lo más cercano a cero. En este sentido, desde Anell y el resto de las empresas del grupo Estabanell, trabajamos teniendo en cuenta los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza. Los conocidos como ESG, de sus siglas en inglés. El impacto de las inversiones socialmente responsables será tanto o más importante que los resultados financieros.
¿En qué situación de concienciación se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia y competitividad energética?
Desde mi punto de vista, y de lo que respiro en distintos foros, el compromiso del tejido empresarial es sólido y va en aumento, los cambios cuestan. Pero la voluntad es patente. La reflexión va un poco en línea con lo comentábamos antes: ya sabemos que el impacto de les inversiones responsables será tan importante como los resultados financieros. Así que me atrevería a decir que las empresas están más que concienciadas. Por ejemplo, en el grupo Estabanell apostamos porque las inversiones de nuestras empresas pongan el foco en la generación de renovables, en la comercialización de energía de origen 100% verde y en la digitalización de las redes de distribución, para que aquello que hacemos sea más respetuoso con el entorno natural, más responsable con la sociedad y más eficiente a la hora de dar servicio a nuestros clientes. Buena muestra de ello es nuestra apuesta por digitalizar las redes de distribución, porque esto se traduce en un servicio más eficiente al ser ‘más inteligente’ – por así decirlo- y porque nos evita levantar torres y tirar cable aéreo, que siempre tienen impacto en el territorio.
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
El gran desafío para todo el mundo es la velocidad en la que se desarrolla la tecnología. El reto está en aterrizar toda esa tecnología al día a día de los clientes, de los consumidores. La tecnología debe ser útil. En Estabanell nos hemos puesto el reto de poner la tecnología a nuestro abasto al servicio de las personas, de hacerla accesible.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Entiendo que cada empresa y cada industria tendrá su método. Desde Anell, por ejemplo, invertiremos más de 2 millones de euros en digitalizar nuestra red de distribución, para ser capaces de almacenar cada vez más datos, por ejemplo, de hábitos de consumo del cliente, para después – con estos datos- tomar decisiones que respondan mejor a las necesidades del cliente. Y es que un pequeño dispositivo colocado en una estación transformadora y con un sencillo software de gestión, puede marcar la diferencia en lo que a servicio a la ciudadanía se refiere.
Por eso, desde nuestro equipo de innovación, exploramos en diferentes direcciones como son el Edge Computing, el Internet de las Cosas, el Big Data y la Inteligencia Artificial, con el fin de proporcionarnos una base sólida de conocimiento y experiencia sobre la que desplegar nuevas tecnologías al servicio de las personas.