Durante la clausura de la Asamblea – que en esta edición ha estado presidido por España en reconocimiento a la implicación y liderazgo de nuestro país en la transición ecológica-, la vicepresidenta ha señalado que en estos cuatro días de intensas sesiones «hemos constatado la trascendencia y el compromiso de países muy distintos con la revolución de las energías renovables. Una revolución que se vincula también a la recuperación económica tras esta crisis de vulnerabilidad asociada a la pandemia».
En este sentido, Ribera ha insistido en que «la recuperación tras la pandemia nos abre una ventana de oportunidad para acelerar una transición de nuestra economía hacia patrones de sostenibilidad ambiental y social mucho más claros. Hay un consenso claro en que el desarrollo no puede romper el balance ecológico».
Durante la celebración de la Asamblea, «hemos podido ver cómo la agenda verde y la energética convergen: hemos hablado de las interconexiones entre biodiversidad, cambio climático, salud, industria y transformación del sistema energético», ha destacado la vicepresidenta, que ha remarcado que la transición energética tiene que ser justa e inclusiva: «Es esencial prestar atención a los aspectos sociales del cambio de modelo: proteger a los colectivos más vulnerables afectados por esta transformación y aprovechar el potencial de generar empleo verde».
Planes de estímulo verde
Ribera ha instado a los participantes a poner las inversiones verdes en el centro de sus planes de recuperación: «Nos encontramos en el momento ideal para diseñar planes de estímulo verde que permitan combatir los efectos derivados de la pandemia y construir economías fuertes y resilientes que creen puestos de trabajo, modernicen nuestras industrias y nos preparen para el futuro. La evidencia es clara: sabemos que la inversión en sectores verdes crea más empleos y ofrece mayor rentabilidad en el corto plazo por euro invertido que las antiguas inversiones que no tienen en cuenta la sostenibilidad, y que la inversión en energías renovables, eficiencia energética y tecnologías de bajas emisiones genera un efecto multiplicador en la economía mayor que el obtenido en otros sectores económicos».
Con este encuentro aglutinador del mejor conocimiento sobre las energías renovables arranca un año clave para la ambición climática. 2021 está marcado por la celebración de Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP26), el retorno de Estados Unidos al Acuerdo de París y la celebración en septiembre en Nueva York del Diálogo de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre Energía, situando la transición energética en el centro del debate internacional.
Ribera se ha referido al anuncio de la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París asegurando que «pone la guinda a lo que han sido estos últimos meses de compromiso acelerado y creciente por parte de países muy distintos del mundo, desde China hasta la Unión Europea, países de América Central, de África o de Asia, que se han marcado objetivos claros en materia de energías renovables».
La XI edición de la Asamblea de IRENA ha reunido virtualmente a unos 2.000 participantes, incluyendo a 70 ministros de diferentes países que, bajo la presidencia de España, han intercambiado experiencias y visiones sobre los avances en el cambio de modelo energético.
Han sido cuatro días de intensas sesiones caracterizadas por una alta participación y por la celebración de múltiples encuentros como reuniones ministeriales y un panel de alto nivel donde se han abordado diversos aspectos relacionados con la transición energética y la inversión en energías renovables como la innovación, el hidrógeno verde, las políticas socioeconómicas o la protección de la salud, en un momento en el que muchos países se encuentran inmersos en el cambio de rumbo que supone la transición energética.
6 millones de nuevos empleos en tres años
Durante estos días se ha publicado también el Informe Anual de IRENA, que sitúa a las energías renovables en el centro de la acción climática global y señala que las inversiones en tecnología y bienestar humano convierten la transición energética en una herramienta eficaz para lograr un futuro resiliente, equitativo y próspero. En este sentido, el informe revela que la generación de energía renovable se ha duplicado entre los años 2010 y 2019, alcanzando más de 2.500 gigavatios (GW); y apunta que la inversión en renovables generó 1,5 millones de empleos en 2019 y proyecta una previsión de 6 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos 3 años.
Consolidación del sector renovable en España
España va a seguir impulsando medidas para el favorecer el despliegue de energías renovables a lo largo de este año, que deberá ir marcado por el aumento de la ambición internacional. El próximo 26 de enero tendrá lugar la primera subasta de energías renovables bajo el nuevo modelo impulsado por MITECO, que permitirá trasladar al consumidor los ahorros derivados del despliegue de nuevas instalaciones renovables.
Además, en los próximos meses continuará la tramitación parlamentaria del anteproyecto de Ley por el que se crea el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), que asumirá los costes asociados al régimen retributivo específico de las renovables, cogeneración y residuos antiguo para que dejen de formar parte del recibo de la luz, rebajando la factura eléctrica doméstica al menos un 13% gracias a la disminución de los cargos. Asimismo, el MITECO está elaborando la Estrategia de Almacenamiento, una pieza clave para favorecer el despliegue renovable y garantizar precios bajos; y ultima la Estrategia Nacional de Autoconsumo para avanzar hacia un modelo energético descentralizado.