La industria 5.0 que ha dibujado ya la Comisión Europea alude precisamente a esta cualidad como una de las bases para tener un sector industrial sostenible, que pueda desarrollarse en el tiempo y que sea capaz de afrontar las fluctuaciones de los mercados.
A los retos tradicionales de reducir el time to market, y los costes y ofrecer la mejor calidad, ahora se unen las exigencias, sociales y legales, para conseguir productos sostenibles. Además de las normativas que van apareciendo poco a poco para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, la industria debe tener en cuenta los cambios en los hábitos de consumo que están transformando los propios procesos de fabricación.
La continuidad de una empresa ya no depende solo de hacer más eficientes sus procesos de fabricación, sino de su capacidad convertirse en una organización resiliente, capaz de adaptarse a situaciones que en principio pueden parecer adversas para convertirlas en oportunidades. Para conseguirlo, los datos van a ser fundamentales.
La digitalización desempeña un papel clave como hilo conductor de esta evolución necesaria hacia la resiliencia que debe atravesar la industria. La incorporación de tecnologías como Edge o Cloud a lo largo de toda la cadena de suministro va a potenciar las capacidades de análisis y monitorización de la producción, con información actualizada en tiempo real y accesible por todos los equipos que participan en el desarrollo de un producto. Soluciones como GIMM, ya disponible en Azure, permitirán a la industria de la automoción aplicar algoritmos predictivos para detectar fallos en las operaciones de producción antes de que se produzcan o determinar cuándo es necesario ejecutar tareas de mantenimiento preventivo en las máquinas. Combinar esta tecnología con otras como los gemelos digitales o la realidad aumentada en otras etapas de la producción, construirá, desde la base, un proceso de fabricación eficiente, interconectado y estructurado. Un proceso que además aporta una inmensa cantidad de datos que la empresa es capaz de traducir en conocimiento.
Es importante también apuntar la fuerte faceta colaborativa de la digitalización. No solo impulsa la cooperación entre equipos; sino que, además, para desplegar una digitalización real en el sector industrial, debemos buscar la colaboración de todos los actores. Incluso los grandes fabricantes verán recortado el potencial de la digitalización si sus redes de partners y proveedores no evolucionan en paralelo su nivel digital.
También en la evolución de la digitalización de la red los datos son cruciales. Obtenerlos y compartirlos de forma segura, generará sinergias entre los actores de un sector industrial que impulsará el crecimiento de todo el sector en su conjunto. Una afirmación que muchas veces choca muchas veces con el temor a que los datos compartidos puedan ser utilizados más allá de su propósito original en beneficio de competidores. Los sistemas propietarios, la no estandarización de formatos de datos y protocolos, también son barreras que debemos afrontar para avanzar en la digitalización de la industria en su conjunto. La sustitución de los algoritmos existentes, por ejemplo, para la planificación del transporte o el control del taller, por otros más potentes, y la transformación de las aplicaciones mainframe en microservicios requiere de inversión y de tiempo.
La digitalización cooperativa es un gran reto de la industria. Por ello, desde T-Systems estamos participando en el desarrollo en Alemania de Catena-X, un nuevo ecosistema que permitirá el intercambio seguro, soberano y rápido de datos, en este caso, para las redes de valor de la industria de la automoción. El ecosistema de datos se basa en las normas europeas, que garantizan la soberanía digital de todos los participantes. La idea en un futuro es extender este tipo de entornos a otros sectores como la industria manufacturera o la industria química para que también puedan aprovechar los beneficios de trabajar de forma colaborativa con datos compartidos en tiempo real.
En este proyecto hemos aplicado las infraestructuras de datos que están bajo control europeo (GAIA-X) y los espacios de datos soberanos para impulsar un enfoque abierto y colaborativo que promueva la digitalización y evite el dominio de participantes individuales.