Estado del arte y tendencias de la Transformación Digital del Sector Público
El sector público está experimentando una profunda transformación digital, marcada por la implementación de Tecnologías Habilitadoras Digitales (THD), como la Inteligencia Artificial (IA), la Nube y el Blockchain. Estas tecnologías no solo están contribuyendo a generar nuevos casos de uso dentro de los servicios a la ciudadanía, sino que también están siendo adoptadas para mejorar la eficiencia operativa interna y reducir costes.
Un indicador positivo de esta transformación es el aumento en la digitalización de servicios públicos, como se señala en el informe de la Comisión Europea “eGovernment Benchmark 2024 Insight Report”, que destaca el incremento en la disponibilidad de servicios digitales en la administración pública española.
Impacto de la Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial se ha convertido en una herramienta crucial para la transformación digital de cualquier organización. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y automatizar procesos puede mejorar significativamente la eficiencia y la toma de decisiones.
Algunos usos de la IA, que las organizaciones ya están implementando, son los Sistemas de Recomendación para la Gestión de Expedientes Administrativos, donde se analizan datos históricos y patrones de tramitación para sugerir acciones óptimas, mejorando así los tiempos de respuesta y la eficiencia en la tramitación de documentos, y los Sistemas de Ayuda a la Ciudadanía en la Solicitud de Servicios Públicos, donde mediante el uso de interfaces de conversación en lenguaje natural, los ciudadanos pueden interactuar con estos sistemas para obtener orientación personalizada sobre los trámites que necesitan realizar, los documentos requeridos y los pasos a seguir, todo presentado de manera clara y accesible.
No obstante, el uso intensivo de IA también conlleva un aumento en el consumo energético, lo que puede generar preocupaciones ambientales. El uso de tecnologías de la información y de las comunicaciones supone actualmente entre un 5% y un 9% del consumo total de electricidad en todo el mundo, y podría llegar al 20% en 2030, de acuerdo con el informe “The Role of Artificial Intelligence in the European Green Deal”. Esta contradicción entre el elevado consumo energético de la IA y los beneficios que aporta en términos de eficiencia operativa plantea un desafío crucial. Para abordar esta situación, es esencial que las soluciones de IA se diseñen con un enfoque en la sostenibilidad. Principios de diseño que buscan maximizar la eficiencia energética y minimizar el impacto ambiental incluyen la optimización del uso de recursos y la adopción de servicios gestionados que compartan infraestructura y reduzcan el desperdicio.
La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial es consciente de esto y por ello cuenta dentro de su Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), entre otras medidas, con el Programa Nacional de Algoritmos Verdes (PNAV) que busca promover la investigación en el desarrollo y uso de algoritmos y sistemas que no solo sean eficientes desde el punto de vista computacional, sino también que optimicen el consumo energético, reduzcan la huella de carbono y fomenten el uso de infraestructuras y servicios eficiente.
Más allá de la fama inicial del Blockchain
La tecnología Blockchain también enfrenta desafíos medioambientales debido a su elevado consumo energético, especialmente con algoritmos de consenso como el Proof of Work (PoW), popularizado por la red Bitcoin hace años. Sin embargo, en el sector público, tanto en lo referido a los casos de uso como a la implementación de la tecnología, difieren significativamente de esos primeros y más mediáticos usos, que han popularizado las criptomonedas.
La European Blockchain Services Infrastructure (EBSI) es una iniciativa de la Unión Europea diseñada para aprovechar el potencial del Blockchain en la prestación de servicios públicos transfronterizos. EBSI está implementando medidas para minimizar su impacto ambiental, incluida la investigación y adopción de algoritmos de consenso más eficientes energéticamente. La iniciativa está explorando tecnologías como el Proof of Stake (PoS) y otros mecanismos de validación que consumen menos energía que los métodos tradicionales, como el PoW (en Etheruem se espera que el cambio de PoW a PoS reduzca el consumo energético de la red en aproximadamente un 99.95%). Además, EBSI promueve el uso de infraestructura de nube sostenible para alojar nodos Blockchain, alineándose con los objetivos de sostenibilidad de la UE.
Superada esta situación referida a sus necesidades de recursos, el impacto positivo de la tecnología Blockchain en la transparencia y trazabilidad de los servicios públicos es significativo. En España, ya existen organismos públicos que han adoptado sistemas basados en Blockchain, permitiendo la publicación de manera totalmente transparente y abierta de todas las fórmulas utilizadas en las valoraciones y eventos surgidos en los procedimientos de contratación pública.
El camino a la Nube del Sector Público
El sector público en España está adoptando cada vez más la computación en la Nube como parte de su estrategia de modernización de infraestructuras digitales. Esta transición no solo facilita la implementación de tecnologías avanzadas, sino que también permite aprovechar las eficiencias de escala que ofrece la nube. La nube permite una mejor gestión de los recursos, reduciendo la necesidad de infraestructuras físicas y optimizando el consumo energético mediante la escalabilidad y la elasticidad.
Uno de los proyectos más relevantes en este ámbito es el de NubeSARA. Este servicio de nube híbrida impulsado por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA) es uno de los 14 servicios compartidos que está impulsando. Se definió en el “Real Decreto 806/2014, de 19 de septiembre, sobre organización e instrumentos operativos de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la Administración General del Estado y sus Organismos Públicos”, y buscaba la racionalización interna de recursos, y poder ofrecer a los organismos públicos medios de producción de servicios públicos uniformes, no discriminatorios y de amplio alcance.
La configuración de NubeSARA incluye nodos tanto en Centros de Procesamiento de Datos (CPDs) propios de la administración (nube privada) como, en una segunda fase, de proveedores externos (nube pública). Esto permitirá a los organismos públicos decidir para cada servicio que deban implantar si utilizan nube privada o pública, atendiendo a sus características y los costes que puedan asumir.
Modernización de Aplicaciones Legacy
Uno de los mayores desafíos en la transformación digital del sector público es la modernización de Aplicaciones Legacy. Estas aplicaciones, a menudo construidas sobre infraestructuras obsoletas, generan un alto gasto computacional y energético debido a su ineficiencia. Además, estas infraestructuras antiguas no permiten aprovechar correctamente la escalabilidad y elasticidad que ofrecen las tecnologías modernas en la nube.
La modernización de estas aplicaciones es crucial no solo para mejorar la eficiencia operativa sino también para reducir el impacto ambiental. Migrar Aplicaciones Legacy a la nube y refactorizarlas para que aprovechen las capacidades de escalabilidad y elasticidad puede resultar en una significativa reducción del consumo energético y de los costes operativos. Varios estudios han mostrado que la modernización y migración a la nube puede reducir la huella de carbono de las aplicaciones hasta en un 84%, gracias a la mayor eficiencia de las infraestructuras y a la optimización del uso de recursos. El uso de arquitecturas modernas, como microservicios y contenedores, permite una mejor utilización de los recursos y una mayor resiliencia, alineándose con los objetivos de sostenibilidad del sector público.
A modo de conclusión
La transformación digital del sector público debe ser abordada con una visión holística que integre la sostenibilidad como un pilar fundamental. La adopción de nuevas tecnologías, como Inteligencia Artificial y Blockchain, ofrece grandes oportunidades para mejorar la eficiencia y calidad de los servicios públicos. Sin embargo, es crucial que estas tecnologías se implementen de manera responsable, con un enfoque claro en la reducción del impacto ambiental. La combinación de políticas gubernamentales robustas y la aplicación de principios de diseño sostenibles puede garantizar que la transformación digital contribuya a un futuro más sostenible y equitativo para todos.