La búsqueda de una mayor eficiencia energética es sin duda una de las prioridades del actual entorno económico, social y político. Tanto empresas como administraciones públicas buscan reducir el impacto ambiental de sus operaciones, no solo para ser más competitivas, sino también para conseguir un mundo más limpio y sostenible. De hecho, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, España se ha fijado un objetivo de mejora en eficiencia energética del 39,5%, una cifra que supera el 32,5% aprobado por la Unión Europea para 2030.
En este contexto, la gestión energética en tiempo real se convierte en un factor clave para ayudar a reducir el consumo de energía y hacer un uso más razonable de ella. Eso sí, para conseguirlo, será necesario contar con las tecnologías adecuadas, capaces de asegurar la interoperabilidad entre diferentes sistemas energéticos, gestionar el incremento en el flujo y volumen de datos y mejorar la ciberseguridad.
Por todo ello, la nube híbrida y la tecnología multicloud se han convertido en pilares esenciales para abordar muchos de los desafíos asociados con la gestión energética en tiempo real. Al proporcionar soluciones escalables, flexibles y rentables para la gestión de datos, el análisis y el control operativo, estos modelos cloud pueden optimizar el uso de los recursos energéticos y reducir el sobreaprovisionamiento de recursos, adaptándose de forma flexible a las demandas del negocio y posicionándose como una respuesta práctica y responsable para el futuro de las empresas.
La importancia de los datos para la eficiencia energética
La nube híbrida y multicloud permite recopilar, almacenar y analizar grandes cantidades de datos sobre consumo energético, ya hayan sido generados por las redes o los dispositivos de consumo. Esto facilita su gestión en tiempo real para identificar tendencias, optimizar el consumo, predecir patrones de demanda y facilitar una distribución de energía más eficiente.
Al mismo tiempo, al aprovechar las ventajas del machine learning y la inteligencia artificial, los sistemas basados en la nube pueden predecir y mitigar posibles interrupciones, como fallos de equipos o caídas en la producción de energía renovable, mejorando así la resiliencia de la red.
El protagonismo de la seguridad
La digitalización de los sistemas energéticos ha convertido también a la ciberseguridad en otro de los requisitos básicos para el sector. Y ahí, la nube tiene mucho que aportar. De hecho, los proveedores de servicios en la nube dedican ingentes recursos a la protección de los datos y sus infraestructuras, con el objetivo de mantener a salvo la información sensible, prevenir amenazas y garantizar el cumplimento regulatorio.
En definitiva, la gestión y monitorización del consumo energético en tiempo real requiere no solo el almacenamiento y análisis de todos los datos e información generada por los dispositivos y las redes, sino también que se haga de forma completamente segura. Y la respuesta a todo ello son los nuevos modelos en la nube, híbridos y multicloud, que ofrecen una solución rentable, eficiente, innovadora, inteligente y segura.