Según los últimos datos, la nube híbrida representará la mayor parte de todo el gasto previsto en cloud y alcanzará un 64,1% en los próximos tres años.
La aceleración del cloud que hemos presenciado en los últimos años ha ido además acompañada de un cambio de orientación en la adopción de estas soluciones. Si antes las empresas asociaban el cloud con la reducción de costes, ahora la decisión de migrar recursos a la nube está vinculada a una mejor gestión de los recursos disponibles y una optimización de las infraestructuras.
Un cambio que también ha repercutido en el modelo de gobernanza de los sistemas tecnológicos y en los roles de los profesionales del sector IT.
Ahora los responsables de IT deben reenfocar sus esfuerzos desde la anterior preocupación por la gestión de la capacidad y disponibilidad de la infraestructura, a la actual potenciación de nuevos modelos de negocio ágiles y escalables.
Este cambio de rumbo pone en el centro al Negocio y convierte al cloud en un habilitador estratégico para impulsar el crecimiento de las empresas. En este contexto la hibridación es una solución que permite contar con las plataformas cloud más adecuadas en cada momento, sean privadas o públicas, en combinación con sistemas legacy para conseguir la infraestructura IT más adecuada para las necesidades del cliente.
Para que este crecimiento impacte realmente en las empresas y potencie el desarrollo económico, es importante entender cómo integrar las diversas soluciones y plataformas cloud para crear un ecosistema ajustado a la realidad de cada cliente.
En T-Systems nos definimos como proveedor agnóstico de servicios y soluciones cloud. Esto quiere decir que trabajamos con todos los hyperscarlers para ofrecer a nuestros clientes la solución más adecuada a sus necesidades de negocio.
En este proceso de acompañamiento hacia el cloud es vital el diseño de la arquitectura más adecuada, contar con una herramienta de orquestación que garantice la convivencia de ecosistemas tan distintos y disponer de un roadmap claro que permita resultados tangibles desde el primer momento.
Los beneficios de la hibridación del cloud se extienden más allá del negocio, y suponen un importante ahorro en el consumo de recursos de los centros de datos. Mientras los modelos tradicionales apostaban por el aprovisionamiento de recursos durante todo el ejercicio para hacer frente a los picos de trabajo, lo que se traduce en unos sistemas menos sostenibles, la migración al cloud con modelos híbridos aporta flexibilidad y escalabilidad, permite un consumo variable ajustado a la demanda en cada momento y aumenta la agilidad, que se traduce en una disminución del Time To Market.
En cuanto a la seguridad y la protección de los datos, los sistemas híbridos han supuesto un cambio en el paradigma, incrementando la complejidad a los CISO. Al igual que con las plataformas, el reto reside en utilizar las mejores soluciones de cada nube provista con una capa holística de seguridad.
Como impulsor y acelerador del viaje a la nube, T-Systems cuenta con Centros de Excelencia Cloud (CCoE), que permiten a nuestros clientes una adopción del nuevo modelo transparente y segura, garantiza la innovación y ofrecen mejoras continuas en el servicio gracias a nuestro profundo conocimiento y constante actualización de las competencias de los profesionales que gestionan cada uno de los hyperescalers.
Atrás queda la concepción en la que el sistema se desplegaba con una solución y funcionaba de forma estanca, el futuro es el Cloud y el despliegue de la mano de socios tecnológicos que adapten en todo momento la solución que necesita cada empresa para hacer frente a sus cargas de trabajo de forma óptima y ágil. El presente ahora gira en torno al cloud.