La doble transición energética y digital no se sostiene sin liderazgo. Un liderazgo que no solo entienda las tecnologías que lo hacen posible, sino que sepa aplicarlas con visión, medir su impacto y sortear las barreras que aún persisten. Este fue el eje del debate en la mesa redonda del Foro Tendencias “Twin Transition: digitalización, eficiencia y sostenibilidad. De retos a oportunidades”, organizada por la Plataforma enerTIC.org, con la participación de representantes de la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Terrassa, Audax Renovables, GLS Spain y Ayesa,con Francisco Viviani, Decano del COIT de Catalunya, Gerente de VP Ingenieros del COETC como moderador de este encuentro, que suscitó gran interés y tanto gustó a los asistentes.
Desde la electrificación del transporte y la integración de renovables hasta el uso de gemelos digitales, inteligencia artificial o plataformas de gestión energética, todos coincidieron en algo: sin datos, no hay transición. Y sin estrategia, los datos no sirven. Las experiencias compartidas mostraron un compromiso real con la eficiencia y la sostenibilidad, pero también evidenciaron los retos estructurales —tecnológicos, culturales y presupuestarios— que aún frenan el cambio.
En el sector público, se trabaja ya con modelos predictivos, herramientas para medir el impacto ambiental en licitaciones, sensores para cuantificar el consumo en tiempo real y algoritmos capaces de identificar ineficiencias ocultas en facturas o contadores. El Ayuntamiento de Terrassa, por ejemplo, logró reducir el gasto energético del alumbrado público en casi un 80% y avanza hacia una plataforma unificada de gestión energética accesible para la ciudadanía. En la Generalitat, se impulsa el uso de gemelos digitales en edificios públicos y se mide el impacto ambiental de la actividad de cada departamento como condición para futuras contrataciones.
Desde el lado empresarial, la tecnología se presenta como catalizador, pero también como exigencia. Audax apuesta por modelos predictivos para alinear producción y consumo, monitorización IoT para clientes y proyectos de tokenización de la energía. GLS Spain construye naves que funcionan al 100% con renovables, electrifica su flota y mejora la eficiencia con soluciones “out of home” que multiplican por diez la eficiencia de las entregas. En paralelo, Ayesa trabaja con sectores intensivos en energía —como la automoción o la siderurgia— para optimizar procesos con IA, reducir rechazos y minimizar mermas.
Pero entre visión y ejecución se interponen barreras reales. Todos los participantes coincidieron en señalar el dato como uno de los principales cuellos de botella: disperso, sin estructura, heredado o, directamente, inexistente. A eso se suma la resistencia cultural, la falta de presupuesto a largo plazo y la necesidad de contar con equipos multidisciplinares que combinen conocimiento del negocio y competencias tecnológicas. La IA puede ser una gran aliada, pero requiere un marco claro, expertos capaces de traducir necesidades en casos de uso viables y una gobernanza que garantice sostenibilidad también en lo digital.
Aun así, el tono fue constructivo, porque se están logrando avances. La Universidad Autónoma de Barcelona trabaja ya con un gemelo digital que analiza la eficiencia energética del campus y su potencial como comunidad energética. En el Hospital de Olot, una plataforma permite a ciudadanos compartir y gestionar energía renovable local con apoyo de algoritmos. Y en empresas como GLS Spain, la IA ya ayuda a clasificar paquetes que antes no podían ser procesados automáticamente, mejorando la eficiencia y reduciendo el consumo.
La conclusión, compartida por todos, fue que no hay futuro sin tecnología, pero tampoco sin visión, gobernanza y compromiso con la sostenibilidad. La transformación no es solo una cuestión de herramientas: es una cuestión de liderazgo. Y ese liderazgo, hoy más que nunca, está en nuestras manos.