No hace mucho tiempo debatíamos sobre tecnología, sobre la convergencia IT/OT, sobre potenciales riesgos e impactos, y lo hacíamos en clave futura. Sin embargo, existe un amplio consenso que tiene claro que el futuro es hoy y que no podemos permitirnos el lujo de no subirnos a este tren o de aplazarlo a mañana.
Hoy ya no hablamos de integrar tecnología por el mero hecho de integrarla, hablamos de transformar nuestra forma de hacer negocios y lo único claro en esta nueva forma de trabajar es que no podemos permitirnos tomar decisiones basadas en la intuición, necesitamos algo más…, imbuirnos de “transformación digital”.
Empecemos por su definición:
“La transformación digital es el proceso de convertir todo el entorno empresarial en datos susceptibles de ser analizados y explotados.”
Porque esto va de datos y de la explotación de estos para obtener ventajas operativas y estratégicas. Para introducir el concepto, creo que es importante comprender el momento que estamos viviendo:
Nos encontramos en un momento en el que las tecnologías que se estaban desarrollando en los últimos 3 años están convergiendo en el tiempo y apalancándose unas con otras, generando propuestas tecnológicas al alcance de todos, soluciones simples y con un gran impacto en la cuenta de resultados (democratización de la tecnología).
Si unimos el momento tecnológico con la necesidad de tomar decisiones cada vez más precisas en un entorno cada vez más VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) tenemos alguna de las razones principales del porqué de la presión del mercado por empujar y concienciar que la transformación digital de nuestra empresa no es una opción, sino un paso obligatorio para toda empresa que desee seguir compitiendo en este nuevo entorno empresarial.
Todos empezamos a ser consciente del impacto que tendrá la transformación digital en sus operaciones. El paso del CAPEX al OPEX cambia completamente la estructura financiera de las empresas, la amortización de los activos cambia porque estos van a tener mucha más vida útil. Desde el punto de vista de eficiencia cambia completamente la cuenta de resultados de las empresas
Poniendo en números algunos de estos potenciales beneficios tenemos:
(18% reducción consumo energía, 16% Mejora eficiencia global instalación OEE, 23% reducción tiempo introducción nuevos productos, 49% reducción tasa de fallos o 48% de reducción tiempo de parada)
(fuente: SCM World/Cisco: “Smart Manufacturing and the Internet of Things 2015” encuesta a 418 ejecutivos de fabricación y responsables de planta en 17 industrias verticales)
Adicionalmente, este nuevo entorno de gestión de información y conectividad nos va a permitir beneficiarnos de nuevos modelos de negocio de empresas que nos proveen de servicios (ej.: servitizar maquinas o venta de consumibles o accesorios por parte de nuestros OEMS, instaladores, …)
Pero además de estas mejoras de las operaciones, en el medio plazo (> 3años), la transformación digital impactará también en nuestra estrategia, en la forma en que monetizamos nuestra propuesta de valor.
Con la digitalización y el acceso a los datos podemos tomar decisiones, hacer ventas e ingresar de manera completamente diferente a como lo hacíamos hasta ahora.
Centraremos nuestra toma de decisiones en la inteligencia artificial, ya que podremos decidir en función de patrones generados por algoritmos (machine learning) que definirán escenarios futuros. Pasaremos de la intuición a la información y el conocimiento.
Así pues, desde un punto de vista más estratégico desarrollaremos nuevos modelos de negocio (pago por uso/unidad consumida), bascularemos nuestra inversión CAPEX a OPEX, podemos redefinir nuestra estrategia productiva a tener visibilidad del coste unitario (economía de escala), o podremos por ejemplo ser más sostenibles al tiempo que ofrecemos a nuestros clientes total trazabilidad de nuestra cadena de valor.
Limitaciones habituales
Una pregunta recurrente sería, … si tantos estudios y datos de mercado avalan la transformación digital como el único camino para mantener nuestra competitividad y rentabilidad futura, ¿por qué hay tantas empresas que no acaban de decidirse?
Algunos estudios de consultoras reconocidas como Ernst&Young o Deloitte constatan que solo el 25% de los managers tiene una buena concienciación de las oportunidades que ofrece la digitalización. Aunque el potencial teórico parece innegable, no está claro como aterrizar el potencial de la tecnología a la realidad de nuestras fábricas (especialmente cuando son fábricas activas, no de nueva construcción).
Esta incertidumbre hace que, este tipo de iniciativas encuentren frenos además de demasiadas prioridades compitiendo entre sí, fondos insuficientes, falta de estrategia o de agilidad, así como confianza por no tener personal con las suficientes habilidades técnicas.
Para vencer estos frenos debemos establecer una estrategia digital clara y definir quien nos va a acompañar en el camino:
Establecer una estrategia adecuada implica tener a toda la empresa alineada, por lo que debe haber un compromiso directo del comité de dirección y más concretamente del CEO de la empresa con el proyecto. Esto evitará las decisiones basadas en silos u opciones cortoplacistas sin escalabilidad viable.
Adicionalmente debemos ser conscientes que esta transformación también está en las personas, es importante asegurar que toda la empresa comprende, comparte y se alinea con nuestra visión.
Debemos asegurarnos también la cooperación de un partner que nos ayude a navegar en todas estas evoluciones o disrupciones tecnológicas. Las empresas conocen muy bien cuál es su cadena de valor y su negocio. Saben cómo hacer su producto o servicio, pero lo que es muy difícil es vaticinar cómo van a impactar las tecnologías digitales (sensórica, conectividad, cloud, big data, machine learning, blockchain…) en su sector o en su negocio.
Necesitan a alguien que les ayude a saber cómo esas tecnologías maduran y como se pueden aplicar en su negocio. Para que las empresas pequeñas y medianas puedan tener acceso a todas estas tecnologías necesitan gestionar muy bien el ecosistema (comunidad dinámica de agentes diversos que aportan valor ofreciéndonos el conocimiento o la agilidad que a nosotros nos falta, porque una de las ventajas de la digitalización es llevar las propuestas rápidamente al mercado)
Y como en todo viaje, hay que dar el primer paso y nuestra recomendación es hacerlo mediante pruebas de concepto.
Una prueba de Concepto simulará y nos ayudará a conocer los beneficios reales de la solución en aquel elemento de su negocio que necesita ser más competitivo.
Una prueba de concepto es gradual, no invasiva, no inflacionaria y personalizada.
En resumen:
- El potencial impacto de la transformación digital en la industria debe tratarse como estratégico y expandirlo de la capa superior a las inferiores.
La velocidad es parte del éxito, gestión del ecosistema (socios estratégicos) y talento (externo /Interno) . - La tecnología está lista para ser usada. Definir una estrategia alrededor de los datos y la Inteligencia artificial y aplicarla para maximizar los beneficios del negocio. Empezar con pruebas de concepto y escalar.
Es cierto que existen riesgos, dudas e incertidumbres, pero también grandes oportunidades.
Os dejo una frase que creo que encaja con el momento: “Tu destino se forma con tus momentos de decisión” Tim Robins