Las ciudades, hoy en día, han dado un salto de gigante en su definición, en la forma que los ciudadanos tienen de vivirlas y en la propia convivencia con los viajeros que las visitan. La aplicación de la tecnología ha propiciado esta transformación en aras de ofrecer a ciudadanos y a los visitantes una mejor calidad de vida y optimización de sus experiencias y poderlas compartir.
Con la ayuda de los datos recogidos y cruzados desde diferentes fuentes, que sirven de alimento a las soluciones de IA, realidad virtual, soluciones IoT entre dispositivos…, se han conseguido grandes avances en el desarrollo de las nuevas ciudades, impulsando el concepto «Propositivo» smart, donde la Ciudad conoce tus necesidades, tus experiencias anteriores, las relaciona con otras de otros vecinos y visitantes, y te propone conocerla. Construir espacios inteligentes y conectados nos ofrecen grandes beneficios: desde aminorar los niveles de ruido, realizar una gestión más inteligente de residuos, o garantizar el control remoto de luminarias. Y, sobre todo, avanzar hacia la tan anhelada descarbonización, propiciando una gestión de la movilidad más eficiente, ya sea con los nuevos sistemas de traslado unipersonales, ya sea optimizando las rutas de reparto con la integración de herramientas digitales que ayuden a tomar decisiones en tiempo real y controlar el consumo energético con eficacia.
La tecnología ha cambiado la vida de todos, y de forma relevante, la del turismo, un sector que fue récord en España con la llegada de 85 millones de viajeros. Las herramientas digitales han transformado la forma de los viajeros de planificar sus trayectos y de contar con una experiencia 360 grados en plena ciudad. El empleo de soluciones basadas en Big Data, y las redes WiFi turísticas han mejorado de forma significativa sus experiencias, dándoles a conocer las mejores rutas, opciones culturales y de ocio en sus visitas, mejorando su satisfacción y, al mismo tiempo, contribuyendo a distribuir de forma más eficiente la afluencia en zonas de grandes aglomeraciones.
La digitalización también ha dado un nuevo impulso a los propios gestores y gobiernos locales y autonómicos, que han visto en la tecnología una herramienta esencial para promover una gestión más eficiente y avanzar en la sostenibilidad de los destinos turísticos. En este contexto, el Ministerio de Industria y Turismo financiará este año con una línea de 96 millones de euros el despliegue de plataformas inteligentes que contribuyan a la transformación digital del sector turístico.
Algunas ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, Málaga, Sevilla, ya ostentan la categoría de smart city, pero hay muchos territorios nacionales que están trabajando para avanzar en los nuevos modelos de gestión de la ciudad. El municipio de Adeje, en Tenerife, ha hecho una apuesta importante para convertirse en Destino Turístico Inteligente de la mano de T-Systems, con la plataforma AERO-PULSE, que proporciona una gestión inteligente de los servicios municipales para conseguir una mejora de la calidad de vida de residentes y turistas.
También merecen especial mención ciudades como Valladolid, que está promoviendo una gestión de los servicios más inteligente y accesibles para los ciudadanos y viajeros. Entre las actuaciones, han puesto en marcha el desarrollo de un cuadro de mandos y un sistema de analítica predictiva, con casos de uso como la predicción de episodios de contaminación atmosférica, para poder actuar en la gestión del tráfico y evitar así restricciones. Por su parte, Gijón ha puesto en marcha la iniciativa Gijon-IN, con la que está evolucionando el modelo de gestión hacia uno más inteligente que aumente la transparencia en la gestión municipal y la participación del ciudadano. Además, el proyecto permite a los turistas descubrir la ciudad de forma más personalizada, a través de canales de comunicación directos con los visitantes.
Todas estas iniciativas, de la mano de la digitalización, están contribuyendo a generar nuevas conceptualizaciones de la ciudad, propiciando nuevos espacios de encuentro y, en especial, ayudando a hacer más eficientes las ciudades y a reducir el impacto medioambiental; en definitiva, a edificar las nuevas ciudades del futuro.