La sostenibilidad ha pasado de ser un requisito a ser un impulsor de la competitividad. El binomio sostenibilidad y competitividad ya es inseparable y la inversión en tecnología e innovación en este ámbito es fundamental para transformar la industria. En este contexto, los gemelos digitales emergen como una solución revolucionaria que permite a las empresas optimizar sus procesos, mejorar la eficiencia energética y avanzar en sus objetivos de descarbonización sin comprometer la rentabilidad.
El concepto de gemelo digital va más allá de una simple simulación; se trata de una réplica virtual dinámica de un sistema físico que, gracias a la recopilación y análisis de datos en tiempo real, permite anticipar fallos, reducir el consumo energético y mejorar la toma de decisiones estratégicas. Su impacto en la industria es significativo; desde la optimización de la producción en el sector industrial y la logística hasta la gestión eficiente de redes eléctricas en el ámbito energético, esta tecnología se está consolidando como un habilitador clave de la transformación digital. De hecho, desde T-Systems estamos ya trabajando con algunas compañías del sector automovilístico para transformar el ciclo de vida de la fabricación de automóviles mediante la construcción de gemelos digitales que permitan a sus equipos de producción acelerar la digitalización de su red de producción.
Desde el punto de vista económico, el uso de gemelos digitales supone un ahorro considerable en mantenimiento y operación. Las empresas pueden anticiparse a fallos en maquinaria y sistemas eléctricos, prolongando la vida útil de sus activos y reduciendo costes asociados a reparaciones y paradas inesperadas. La combinación de estos factores mejora la competitividad de las compañías, al permitirles operar de manera más eficiente sin comprometer sus objetivos de sostenibilidad.
Más allá de la optimización operativa, los gemelos digitales están transformando la estrategia empresarial, impulsando un cambio de paradigma hacia un enfoque predictivo y proactivo. La capacidad de simular escenarios y evaluar el impacto de distintas decisiones antes de su implementación permite a las organizaciones reducir riesgos, incrementar su resiliencia y mejorar su rentabilidad en un mercado cada vez más exigente. En un contexto donde la sostenibilidad y la eficiencia ya no son objetivos aislados, sino factores interdependientes, la digitalización se convierte en un componente esencial para garantizar el éxito a largo plazo.