Con el título “Innovación y digitalización de las administraciones públicas ante el nuevo reto energético y de sostenibilidad”, la Plataforma enerTIC.org ha organizado un nuevo Desayuno-Coloquio. En él han participado varios representantes de distintas administraciones públicas y empresas tecnológicas, con el fin de compartir desafíos y algunos de sus proyectos relacionados con la tecnología y la eficiencia energética.
Medidas de eficiencia energética
Uno de los principales retos de las administraciones públicas es minimizar el consumo energético aumentando la sostenibilidad y garantizando la prestación de los servicios que ofrece a la ciudadanía. Para ello, están poniendo en marcha una serie de proyectos y medidas que van en esa dirección y que se expusieron a lo largo del coloquio.
En primer lugar, las administraciones se encuentran inmersas en plena transformación digital de sus procesos, con el fin de conseguir ahorros en su trabajo diario desde todos los puntos de vista, incluido el energético. Por ejemplo, están eliminando la utilización del papel y fomentando la firma electrónica.
Por otro lado, están racionalizando el uso que hacen de los edificios públicos, habilitando nuevos procesos de transformación y modernización de sus infraestructuras. De hecho, varios ayuntamientos han implementado sistemas tecnológicos relacionados con el Internet de las Cosas para optimizar el mantenimiento de sus instalaciones monitorizando parámetros como el consumo eléctrico, de aire acondicionado, de calefacción o de agua.
Otro de los aspectos en los que están poniendo mucho énfasis los consistorios consiste en mejorar la iluminación de las calles de sus municipios, pues este gasto puede suponer hasta la mitad de la factura energética a la que deben hacer frente. En este sentido, están instalando luminarias con luces LED, que pueden representar ahorros superiores al 40%; así como llevando a cabo proyectos para incorporar sensores y detectores de presencia, con el fin de regular la intensidad de la iluminación en función de si las calles están o no transitadas. También están apostando por implementar en sus ciudades puntos de recarga para los coches eléctricos.
Además, están situando en los tejados de instalaciones municipales, como colegios o polideportivos, placas fotovoltaicas que les permitan generar electricidad para consumo propio o incluso, en caso de excedente, que se pueda transvasar a otros edificios públicos. Muchos ayuntamientos ya están aplicando medidas de autogeneración y autoconsumo eléctrico y otros tantos se encuentran en fase de análisis de este tipo de proyectos.
Relacionado con esto, durante el debate también salió a colación la idoneidad de poner en marcha comunidades energéticas en coordinación con determinados vecindarios, con la ventaja de que estas instalaciones permitirían suministrar la energía generada a esos barrios. Sin embargo, esta decisión también puede generar algún tipo de controversia, por lo que resulta fundamental explicar y hacer entender al ciudadano las ventajas de este sistema.
Tecnología y gestión de los datos
Todas estas medidas de ahorro y eficiencia energética no serían posibles sin la ayuda de la tecnología. En este sentido, soluciones como el cloud, el big data, la inteligencia artificial o el Internet de las Cosas se están empezando a utilizar en las administraciones. Todo ello está generando una mayor recogida de información, por lo que el reto consiste en analizar adecuadamente ese gran volumen de datos para poder tomar decisiones en consecuencia.
En este sentido, una de las tecnologías por las que están apostando algunos ayuntamientos es la implantación de gemelos digitales que les permitan realizar predicciones tanto de los consumos de sus instalaciones como otros parámetros relacionados con la propia ciudad y adelantarse, de esta forma, a determinadas situaciones antes de que sucedan.
Para eso también es necesario que los datos sean interoperables y ciberseguros. Precisamente, estas son dos áreas en las que están haciendo hincapié las administraciones públicas. En el primer caso, para conseguir acabar con los silos de información y que esta se pueda mover libremente de unos departamentos a otros; y en el segundo, para proteger de cualquier clase de malware o ataque malintencionado los datos que almacenan de los ciudadanos.
Organización y formación
El desafío que se plantea ahora, según se comentó durante el coloquio, es poner en marcha una cultura organizativa y de cambio de mentalidad entre los empleados públicos para concienciar sobre la importancia de llevar a la práctica estas medidas de eficiencia energética, digitalización y sostenibilidad. De hecho, la preocupación por la eficiencia energética debe ser transversal en todas las administraciones públicas y sus departamentos. Junto a ello, también es preciso poner en marcha planes de formación en nuevas tecnologías.
Todo ello sin perder de vista a la ciudadanía, que es donde las administraciones públicas han de poner su foco, puesto que se trata de la destinataria última de todos sus servicios. De ahí que sea fundamental fomentar la usabilidad de la tecnología entre los ciudadanos.
Por último, los asistentes al coloquio hicieron referencia a la importancia que están teniendo para ellos los Fondos Next Generation UE, puesto que les están permitiendo financiar proyectos en los que la eficiencia energética y la digitalización son piezas clave.