El sector energético está en una de las mayores encrucijadas de su historia. El cambio climático, los conflictos internacionales, la crisis de suministros, la escalada de precios o las nuevas exigencias regulatorias, le han situado en el ojo del huracán.
El Internet of Things o la Inteligencia Artificial han conseguido grandes avances los últimos años, pero hay una tecnología que se alza por encima de todas como aceleradora de la transformación industrial y energética; se trata del Edge Computing que poco a poco se está posicionando como la tecnología para lograr alcanzar por fin la ansiada transformación digital que permita hacer frente a la actual crisis energética y cumplir los objetivos de descarbonización para el año 2050.
Históricamente el ciclo de la energía era muy simple, con una producción, una distribución y un consumo muy claros y delimitados, esta situación ha cambiado y ahora los mismos consumidores son capaces de autogenerar energía desde sus propios hogares y almacenarla. Avanzamos hacia una red de energía cada vez más descentralizada y compleja de gestionar. La complejidad de todos los retos y problemas que tiene el sector se pueden reducir a una misma raíz: el desequilibrio entre la oferta y la demanda.
La electrificación de la sociedad, la aleatoriedad de las energías renovables, o incidentes como el cierre del gasoducto Nord Stream, ponen de manifiesto los retos por parte de la oferta y se requiera aportar flexibilidad por parte de la demanda.
¿Cómo determinar cuánto se debe verter a la red desde las instalaciones de autoconsumo?
¿Cuándo almacenar energía en baterías y cuándo consumirla? Son árboles de decisión extremadamente complejos que implican cientos de variables relativas a precio, meteorología, patrones de consumo o información de la red obtenida en cientos de miles de puntos geográficamente distribuidos.
Es ahora cuando nace la necesidad de crear un ecosistema de intercambio de datos energético ciberseguro, que permita optimizar la distribución y el consumo de energía.
Para ello es necesario entornos que permitan el despliegue descentralizado de inteligencia artificial en tantas ubicaciones como sea preciso. El Edge Computing y la orquestación del mismo permite regular, programar y actualizar las fuentes generadoras, en función de las necesidades de consumo en tiempo real, con el objetivo de maximizar la eficiencia y sostenibilidad energética.
Si además le sumamos una capa de ciberseguridad y gobernanza con protocolos de intercambio de datos seguros, seremos capaces de involucrar a todos los actores de la red, maximizando la eficiencia y la capacidad de innovación de la industria.
Gracias al desarrollo de plataformas Edge como Barbara es posible recoger, organizar y poner la información de los dispositivos individuales a disposición de todos los demás participantes en la gestión de la red eléctrica de forma sencilla y segura; y utilizar sistemas de previsión inteligentes a partir de información externa (precio de la tarifa, meteorología, tráfico, etc) que permita predecir la futura demanda de energía.