¿Cree que la sostenibilidad es en un factor de competitividad? ¿quién está impulsando más el cambio en sostenibilidad, las políticas, el mercado o la tecnología? ¿Cuáles son los mayores frenos?
La competitividad de las compañías se basa en ofrecer productos y servicios que demanda el mercado, optimizando los recursos necesarios para su actividad, de manera que se pueda obtener un beneficio adecuado para los accionistas que la financian.
Actualmente los mercados y la sociedad en general, además, demandan cada vez más transparencia acerca de cómo las empresas actúan en el entorno natural y social que las rodea.
Por tanto, el gran impulsor de cambio es esta demanda social de transparencia en cuanto al uso que las compañías hacen de los recursos de su entorno, y este cambio que las compañías deben afrontar para seguir compitiendo en el mercado, debe ser apoyado por políticas y regulación adecuadas que fomenten un desarrollo tecnológico sin sesgos para obtener productos cada vez más sostenibles y a la vez competitivos.
El desarrollo tecnológico y la innovación han sido, son y serán siempre el acelerador para el avance de la sociedad, y el avance en sostenibilidad no es una excepción.
Por otro lado, no es posible avanzar en sostenibilidad si dejamos de lado la competitividad de las empresas, en mi opinión no tener en cuenta el factor de la competitividad es el mayor freno que puede existir para ello.
¿Cree que España tiene el liderazgo necesario para cumplir los objetivos de sostenibilidad de la Agenda 2030-2050? ¿Qué papel ve para instituciones públicas y privadas en este desafío?
La realidad es que resulta complicado hablar de un liderazgo en España como también lo es a escala mundial, teniendo en cuenta que han pasado 9 años desde que se formalizó el compromiso de los países con la Agenda 2030. De acuerdo con los informes publicados por Naciones Unidas en 2023, el progreso de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es preocupante. Solo un 15% de ellos van bien encaminados, alrededor del 50% sufren retrasos y el resto se encuentran estancados.
Dicho esto, hay que seguir perseverando en el esfuerzo. Las organizaciones privadas tienen un rol fundamental para avanzar en la contribución a los 17 objetivos y mostrar ese avance es la mejor forma de demostrar el compromiso con todos los aspectos en el ámbito de la sostenibilidad.
En Repsol contribuimos a los 17 ODS, pero centramos nuestros esfuerzos en aquellos donde el impacto que generamos es mayor. En particular, nuestra meta es satisfacer la demanda creciente de energía y productos, maximizando nuestra contribución al desarrollo sostenible (ODS 7), con el compromiso de llegar a ser una compañía de cero emisiones netas en 2050 (ODS 13). Todo esto, sin “dejar a nadie atrás”, fomentando el progreso socioeconómico (ODS 8), apostando por la innovación (ODS9), la gestión sostenible del agua (ODS 6) y el uso eficiente de los recursos (ODS12) en nuestras operaciones. Y todo ello lo realizamos en colaboración con otras entidades, creando alianzas con nuestros grupos de interés que generen valor (ODS 17).
Las iniciativas privadas, en cualquier caso, no pueden avanzar en solitario, y esta colaboración, dentro de los propios sectores o intersectorial, debe ser complementada por unas instituciones públicas y una regulación que actúen de palanca para impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico.
¿Cómo están afectando las nuevas fuentes de energía renovable y las tecnologías inteligentes al modelo de negocio en el sector de la energía?
Las nuevas fuentes de energías renovables y las tecnologías inteligentes están transformando significativamente el modelo de negocio en el sector de la energía, y como ejemplo, en Repsol hemos adoptado un enfoque integral de estas innovaciones en nuestra estrategia en línea con nuestro objetivo de alcanzar la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero en 2050.
La generación eléctrica renovable está desempeñando un papel crucial en el proceso de transformación de nuestra compañía. Actualmente contamos con activos de generación eléctrica de bajas emisiones con una capacidad total instalada de 2,8 GW en operación y 3,33 GW en desarrollo. Nuestro objetivo es alcanzar una capacidad de generación de entre 9 y 10 GW para 2027.
Además, la digitalización y la inteligencia artificial nos están permitiendo optimizar nuestras operaciones y mejorar la eficiencia energética. Por ejemplo, la digitalización nos ayuda a optimizar la gestión y distribución energética, lo que es esencial para la integración de las energías renovables en el sistema energético.
A ello se une la combinación de nuevas fuentes de energía renovable y tecnologías inteligentes que también permiten ofrecer productos mucho más enfocados a las necesidades del cliente final como la movilidad eléctrica, la generación distribuida o los productos de optimización energética para hogares y empresas.
¿Qué tendencias considera clave para avanzar en la sostenibilidad y reducción de emisiones en movilidad? ¿Cómo afectan estas tecnologías a la competitividad?
El sector de la movilidad demanda un amplio abanico de necesidades derivadas del medio de transporte de que se trate, del tipo de vehículo empleado, de su uso y de su recorrido, por ejemplo. Por tanto, es preciso aportar diversas soluciones adaptadas a cada una de estas necesidades.
Las tendencias fundamentales para el desarrollo de estas soluciones son la electrificación, el desarrollo de combustibles renovables entre los que están los biocombustibles avanzados, el hidrógeno renovable o los combustibles sintéticos derivados de éste, y por supuesto la implementación de tecnologías inteligentes y de conectividad.
En Repsol, estamos comprometidos con la transición hacia una movilidad más sostenible y hemos adoptado diversas iniciativas en esta dirección. Con respecto a la electrificación, estamos expandiendo nuestra red de recarga eléctrica, con más de 2.500 puntos públicos instalados en España. Además, estamos desarrollando soluciones avanzadas de movilidad eléctrica, incluyendo la carga ultrarrápida en estaciones de servicio y la integración de tecnologías de gestión de energía para optimizar el uso de recursos.
Otra apuesta importante en el caso de Repsol es el desarrollo de los combustibles renovables. Este año 2024 hemos puesto en marcha la primera planta de producción de combustibles renovables en nuestro centro industrial de Cartagena, que cuenta con una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año. Puede producir diésel renovable y combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), que se pueden utilizar en cualquier medio de transporte: automóviles, camiones, autobuses, barcos o aviones. Su uso permitirá reducir 900.000 toneladas de CO2 al año al suponer una reducción del 80%-90% de las emisiones netas de CO2 en comparación con el combustible de origen mineral que sustituye.
Los combustibles renovables se producen a partir de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado o residuos agroalimentarios, dando una segunda vida a este tipo de materiales que pueden generarse localmente y reducir la dependencia energética de otros países. Son una alternativa ya disponible para la descarbonización de los vehículos de hoy y futuros ya que son compatibles con las motorizaciones actuales, sin necesidad de modificar las infraestructuras de distribución y de repostaje ya existentes.
El objetivo de Repsol es seguir avanzando en esta línea para alcanzar una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas en 2025 y más de 2,4 millones en 2030.
En cuanto a la competitividad, esta diversidad en los productos y servicios energéticos que estamos diseñando y que responden al concepto de “multienergía”, no solo nos ayuda a cumplir con los objetivos de sostenibilidad, sino que también nos permite, como indicaba anteriormente, ofrecer productos y servicios más eficientes y adaptados a las necesidades de nuestros clientes, lo que sin duda nos brinda una ventaja competitiva en el mercado.
¿Cómo afronta el sector industrial la descarbonización? ¿Cuáles son las barreras principales para implantar procesos más sostenibles?
El sector industrial debe afrontar el reto que supone la creciente demanda de productos y servicios sostenibles. Aquellas empresas que adopten un mayor compromiso con los aspectos ESG (Environment, Social and Governance, por sus siglas en inglés) y reduzcan su huella de carbono, estarán mejor posicionadas en los mercados internacionales en todos los sectores. En este contexto, la colaboración entre el sector público y privado es esencial para crear un entorno favorable que acelere la innovación tecnológica.
Esta es una de las claves para activar las palancas de descarbonización de la industria, que deben ser también múltiples, como en el caso de la movilidad, y entre las que, además de la electrificación y el uso de combustibles líquidos y gaseosos renovables, tenemos que tener en cuenta también el incremento de la eficiencia energética como vía fundamental e inmediata de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Otra gran clave para la industria es la necesidad de una inversión significativa en nuevas tecnologías y en la adaptación de las infraestructuras existentes. Y esto, unido muchas veces a la incertidumbre regulatoria y la falta de incentivos claros, pueden ralentizar el progreso.
En Repsol hemos reducido ya más de un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestras operaciones respecto a 2016 y tenemos el objetivo de alcanzar una reducción del 55% en 2030.
En definitiva, Repsol afronta el reto de la Transición energética en su Plan Estratégico 2024-2027, donde se combina las inversiones en el portafolio integrado de activos de calidad actual y en iniciativas de bajo carbono, para poder ofrecer una atractiva retribución al accionista y mantener así la fortaleza financiera.
Con ello buscamos, además, seguir ofreciendo un proyecto atractivo a nuestros trabajadores, que son la base de la experiencia y el conocimiento de la compañía, mantener el impulso al desarrollo de las comunidades locales donde operamos, promover una relación de colaboración con proveedores responsables y, por supuesto, nuestra prioridad, porque de ello depende todo, que es la satisfacción de nuestros clientes.