¿Cuáles son las acciones más relevantes en materia de Eficiencia Energética que deben desarrollar las empresas del sector? ¿Qué papel tienen las TIC y la innovación? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
Especialmente en el sector de automoción, la Industria 4.0 ha marcado un antes y un después en el modo de trabajar, en el aprovechamiento de los recursos y en la optimización del tiempo.
Todas las empresas en la cadena valor de la industria de automoción son conscientes de los beneficios y de la importancia que tiene la Industria 4.0 en lo referente al ahorro y eficiencia energética. Por ello, es considerada la llave para una transición energética eficaz.
Sin embargo, el cambio no debe sólo circunscribirse al cambio del parque de vehículos y, por ende, de las instalaciones de producción. Ese es un proceso de transformación que ni es fácil ni se puede hacer de un día para otro.
Al contrario, conforme a nuestra experiencia en proyectos Industria 4.0., hay inversiones con retorno a corto plazo, como, por ejemplo, la introducción de sensores de registro de datos para optimizar el proceso de producción o alargar la vida útil de las máquinas y sus componentes.
Igualmente, la monitorización del consumo permite generar datos extremadamente útiles con los que podemos realizar análisis muy efectivos para la optimización operacional: contrastar datos de consumo eléctrico con el coste tarifario de la electricidad o con la productividad de los equipos que permitan revisar y mejorar la rentabilidad de los procesos operacionales mediante el uso eficiente de los recursos, el aumento de la productividad o el seguimiento en toda la cadena de producción de forma precisa y exhaustiva, entre otras actuaciones.
De esta forma y de manera automática, una máquina podrá aumentar o disminuir su ritmo de consumo energético en función del esquema de tarifas de las empresas suministradoras o de los flujos de demanda, facilitando una mayor eficiencia de las técnicas de producción.
Por concluir, destacaría según los datos publicados por Eurostat sobre nuestro país y para enmarcar el amplio margen de mejora que tenemos: la industria nacional es responsable del 25% del consumo final de energía del país; la intensidad energética de la industria española es superior a la media europea; y un 57% de la demanda energética total de las fábricas españolas se cubren con petróleo y gas.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
La introducción de la Inteligencia Artificial y el Big Data está permitiendo ya la conexión de la información digital con el mundo físico mediante el Internet de las Cosas, la Realidad Aumentada, Visión Artificial, etc. Todo esto facilita prevenir y corregir ineficiencias en tiempo real y la toma de decisiones en base a modelos matemáticos predictivos.
La comunicación, la formación o las plataformas para crear entornos colaborativos son elementos que incorporamos a los nuevos modelos de trabajo en fábrica.
No obstante, y según destaca la compañía tecnológica Oracle, sólo un 10% de las organizaciones que se embarcan en procesos de innovación consiguen, actualmente, generar nuevos modelos de negocio haciendo realidad la transformación digital de sus procesos. El restante 90% utiliza las nuevas tecnologías simplemente para obtener mejoras operacionales, incrementales, y para gestionar mejor la experiencia de los clientes.
Nuestro enfoque “Ibermática Industria 4.0.” es evitar, en la medida de lo posible, que proceso de Transformación Digital se limite a introducir tecnología en una empresa únicamente para mejorar los métodos de trabajo tradicionales. La Transformación Digital permite mucho más, y, así, gracias a la madurez y combinación de las que fueron tecnologías emergentes, podemos fabricar nuevos productos, ofrecer nuevos servicios y establecer modelos de negocio totalmente disruptivos.
Dependerá de nuestros objetivos que usemos unas u otras tecnologías, en mayor o menor medida y en un orden u otro, para obtener la combinación ganadora. La tecnología es el catalizador que va a permitir adaptar nuestras organizaciones rápidamente a los cambios que se produzcan en nuestro entorno. Los cambios en las tendencias son cada vez más rápidos y se debe estar preparado para atender las exigencias de los clientes y en la medida de lo posible, adelantarnos en el tiempo y no aferrarnos a lo que conocemos.
Los procesos de fabricación de vehículos cada vez más customizados, no serían rentables sin la robótica colaborativa o el prestar un servicio al cliente ad-hoc en función de su forma de conducir, kilómetros recorridos, desgaste de las piezas, etc. también sería impensable sin el IoT y los sistemas CPPS ( Cyber Physical Production System)
Para conseguir implementar una verdadera Transformación Digital, necesitamos definir una estrategia válida a corto y a largo plazo (fundamental) así como marcar una hoja de ruta en la que estarán omnipresentes las nuevas tecnologías. En la mayoría de los casos, las organizaciones tienen que afrontar una importante inversión en personal, infraestructuras, dispositivos y servicios con el consiguiente riesgo que hay que intentar controlar y minimizar. Por ello, en la realización de estas tareas, debemos involucrar a todo el personal necesario para detectar cuáles son las capacidades a mejorar para competir en este nuevo escenario.
También debemos asumir que la transformación provocará un cambio en nuestra forma de trabajar que afectará a todas las áreas de nuestra organización, haciendo especial hincapié en los empleados a pie de máquina. Tras la digitalización, los empleados tendrán acceso a muchísima más información y podrán aportar mucho know-how si se les facilitan los medios. En definitiva, deben ser las personas que integran nuestras organizaciones, comenzando por sus responsables, las que tienen que impulsar esta transformación y hacer partícipes al resto de miembros.
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
Tecnologías como IIoT, 5G, Big Data, Inteligencia Artificial, Gemelo Digital, Realidad Virtual, Edge/Fog Computing o Ciberseguridad son las tecnologías que transformarán el sector industria y, en particular, el de automoción, y es una transformación en la que ya hemos avanzado estos años:
- Servitización: El cambio de paradigma para muchas empresas industriales que ya no son sólo empresas suministradoras de productos, sino que también deben incorporar un componente de servitización a través de la cadena de valor.
- Sales & Operation Planning: La concepción de que ‘la demanda condiciona la oferta’ cobra nuevo significado ya que, más allá de los volúmenes de producción, los tiempos de entrega y la capacidad de personalización de cada producto son determinantes.
- Time2market: El ciclo de vida de los productos se acorta enormemente, conlleva nuevos estándares de competitividad donde metodologías como Lean Manufacturing son imprescindibles de cara a lograr la máxima eficiencia de los procesos productivos y logísticos.
- Smartización de rutas de fabricación: Digitalización de los procesos de fabricación para lograr hacer un mapping de las fábricas y, mediante IA, la optimización la planificación y movimientos internos, mediante el desarrollo de un sistema que proponga rutas alternativas.
- Supply-chain y Automatización de almacenes: La adopción de los modelos logísticos inteligentes siempre ha sido un requerimiento para la industria, pero la novedad radica en la conexión con otras aplicaciones de negocio que permitan una mayor flexibilidad de las rutas, mejora en la coordinación de tiempos en toda la cadena de valor y afrontar con garantías unos plazos de entrega de 24 o 48 horas.
- Omnicanalidad: Nuevos canales o la digitalización de los tradicionales permiten tener una presencia 24/7, mayor información de los clientes, oferta individualizada y proactiva, abordar mercados internacionales, etc.
Sin embargo, el desarrollo tecnológico tiene otros aspectos que generan preocupación, como los siguientes:
- La sustitución de puestos de trabajo por robots, la ética en la Inteligencia Artificial o la deshumanización, que pueda provocar la digitalización, en contra e del deseado empoderamiento de las personas, son retos en los que estamos trabajando.
- La sobreexposición de los datos personales, el riesgo de fraude cibernético, la sobrecarga informativa por diferentes canales digitales, o la aparente necesidad de estar siempre ‘conectados’ son otros retos igual de importantes.
En particular, en el sector industrial, aparecen nuevos riesgos en materia de ciberseguridad IO/OT. La proliferación de ciberataques pone en serio peligro las infraestructuras industriales y los servicios críticos. Con el desarrollo de la Internet Industrial de los Objetos (IIoT), la creciente digitalización de las fábricas o la Inteligencia Artificial, están favoreciendo que las redes industriales (OT) estén cada vez más conectadas y, por ende, más expuestas ante el malware.
Proteger eficazmente los entornos industriales sensibles se ha convertido en un reto en el que no solo basta con dotar de mayor seguridad a estos entornos, sino que también es necesario conocer de dónde proceden las principales fuentes de ataque. Competidores, a través del juego del espionaje industrial o ciberdelincuentes, con ataques masivos como WannaCry, tienen una clara motivación en la obtención de un beneficio, ya sea en forma de ventaja competitiva o de ganancia económica.
Desde Ibermática, estamos abordando servicios con nuestros clientes del sector de automoción en llevar a cabo una Auditoría de Cumplimiento de la normativa TISAX respecto al INFORMATION SECURITY ASSESSMENT de la VDA Verband der Automobilindustrie e ISO 27001, así como acompañamiento para la la implantación de la misma.
TISAX-VDA “TRUSTED INFORMATION SECURITY ASSESSMENT EXCHANGE”
- Por último, pero no menos importante, la sostenibilidad a largo plazo. Ser sostenible se convierte en un reto para la industria. La sostenibilidad se puede aplicar tanto al proceso industrial como al producto y viene determinada por numerosos factores, como el uso eficiente de los recursos, el uso optimizado de las materias primas y el adecuado tratamiento de los residuos.
En este nuevo contexto, es necesario garantizar la coordinación y la interacción de los diferentes actores que conforman el ecosistema de valor para garantizar un correcto funcionamiento del proceso de diseño, producción y posterior comercialización.