Actualmente nos enfrentamos a un momento crucial, en el que distintos gobiernos en el mundo están diseñando estrategias para reactivar sus economías tras más de un año de pandemia.
El crecimiento económico combinado con la reducción de emisiones es necesario y posible, siempre que se adopten estrategias que incluyan la transformación de los sistemas energéticos. Se trata de alcanzar los objetivos medioambientales de forma eficiente y aprovechando al máximo las tecnologías existentes y emergentes.
La recuperación económica de la zona euro se basa en parte en la implantación del Pacto Verde Europeo, cuyo objetivo es fomentar una economía limpia con relación a su impacto en el clima, que además debe ser competitiva. Con este fin, se destinará un 25% del presupuesto de la Unión Europea a inversiones “verdes”.
Los países miembros, a su vez, desarrollarán las propuestas de la UE a través de sus planes de transición, como es el caso de España.
En lo que a energías renovables se refiere, España dispone de unas condiciones muy favorables. Los niveles de radiación solar y de recurso eólico son altos. El impulso del Pacto Verde Europeo nos ofrece la oportunidad de convertirnos en un país referente en el ámbito de las energías renovables.
Y es que nos enfrentamos a un nuevo paradigma, donde la descarbonización, los nuevos modelos de generación distribuida o la electrificación del transporte tienen un papel crucial.
Tecnologías como la solar o la eólica terrestre cuentan con un elevado grado de madurez y se han ganado su posición de pleno derecho en el mercado, siendo, además, competitivas desde el punto de vista comercial. Por otro lado, el hidrógeno o los nuevos modelos de almacenamiento (baterías, bombeo, etc) también marcarán la agenda. Estas tecnologías, que hoy aún no son rentables en sí mismas, necesitarán del apoyo de los fondos europeos para acelerar su implantación y su curva de aprendizaje.
En este escenario, la digitalización toma un papel relevante en lo que a la gestión de activos y gobierno del dato se refiere.
Los elementos conectados y la generación de datos en tiempo real, así como la aparición de nuevos algoritmos de análisis con la utilización de técnicas de inteligencia artificial y la mayor capacidad de procesamiento y almacenamiento, junto a arquitecturas cloud, permiten impulsar nuevas acciones de negocio.
De esta forma, podemos integrar de manera eficiente los recursos renovables distribuidos y optimizar la utilización de activos y redes, así como obtener la previsión del comportamiento de los precios del pool. Todo ello nos permitirá avanzar hacia modelos de operación y mantenimiento más eficientes.
Las soluciones que en tiempo real permitan la monitorización y análisis continuo de la operación y estado de los activos en todo tipo de instalación industrial serán cruciales para conseguir los niveles de eficiencia necesarios para alcanzar los objetivos medioambientales marcados por la Unión Europea.