La creciente demanda de servicios digitales ha generado una expansión significativa de la infraestructura de TI en todo el mundo. Actividades como el entrenamiento de modelos de IA y la minería de criptomonedas, especialmente aquellas basadas en algoritmos de prueba de trabajo como Bitcoin, son actividades con necesidades de computación muy exigentes y que tienen un gran impacto sobre la huella de carbono.
Los centros de datos tradicionales consumen enormes cantidades de energía y recursos, lo que también contribuye a la huella de carbono global y plantea desafíos en términos de eficiencia energética y gestión de residuos. En el caso de los centros de datos, tiene especial importancia la refrigeración, para mantener a una temperatura adecuada las salas que albergan estos centros de datos requieren grandes sistemas de climatización que mitiguen el calor emitido por los miles de servidores y estos sistemas son grandes consumidores de energía. Para ahorrar costes muchos de estos centros de datos se están trasladando a países en geografías donde se produce energía “barata” pero de fuentes muy contaminantes, por lo que en vez de representar una solución, agravan el problema. China, con más de 10.065 millones de toneladas de CO2 emitido, Estados Unidos, con 5.416 millones de toneladas de CO2 e India, con 2.654 millones de toneladas de CO2 son los principales “contribuyentes” de las más de 36.000 millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera cada año.
Las nubes públicas
En este contexto, las nubes públicas emergen como una alternativa cada vez más atractiva, ofreciendo no solo eficiencia operativa, escalabilidad y flexibilidad, sino también un impacto ambiental potencialmente menor en comparación con otras opciones de infraestructura digital.
Los centros de datos de nubes públicas están diseñados con un enfoque en la eficiencia energética, utilizando tecnologías como la refrigeración líquida, la gestión térmica inteligente y la energía renovable para minimizar el consumo de energía y reducir las emisiones de carbono.
Los proveedores de nubes públicas están haciendo avances significativos en la adopción de energías renovables y en la reducción de su huella de carbono. Por ejemplo, empresas como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud Platform (GCP) se han comprometido a alcanzar la neutralidad en carbono y han invertido en proyectos de energía renovable a gran escala. Además, muchos proveedores están desarrollando herramientas y servicios para ayudar a sus clientes a medir, monitorear y reducir su propia huella de carbono al utilizar la nube. Es lógico entender que estos gigantes tecnológicos cuentan con los recursos económicos necesarios para invertir en la innovación e investigación necesaria para avanzar de manera significativa en este sentido.
Realnaut by Axpe y los Hyperscalers
Desde Realnaut by Axpe trabajamos para aportar a nuestros clientes las mejores soluciones que puedan satisfacer las demandas crecientes de infraestructura digital sin comprometer los recursos naturales. Las infraestructuras en la nube, y en particular de las nubes públicas, han surgido como una respuesta prometedora a este desafío de disminución de la huella energética, por lo que RealNaut ha cerrado acuerdos de asociación con los proveedores líderes de nube como son AWS, Azure y GCP
Nuestra propuesta pasa por diferentes enfoques dependiendo de las necesidades de nuestros clientes. Estamos trabajando en proyectos de migración o nuevos despliegues de cargas de trabajo a estos hyperscalers donde podemos maximizar la utilización de servidores, almacenamiento y redes, reduciendo así el desperdicio de recursos.
De igual manera nuestras arquitecturas, especialmente diseñadas para estos proveedores, ofrecen una escalabilidad casi infinita, lo que permite a nuestros clientes adaptar sus recursos informáticos según sus necesidades cambiantes sin incurrir en costos excesivos o desperdiciar recursos infrautilizados. Siempre con el objetivo de disminuir la huella de carbono. Nuestras soluciones tienen capacidad de escalar vertical y horizontalmente de manera dinámica, lo que permite una utilización más eficiente de los recursos; los recursos se pueden asignar y liberar según la demanda en tiempo real.
Para concluir, la relación entre la huella de carbono y los data centers tradicionales es innegable. Si partimos de un enfoque responsable con la eficiencia energética, la adopción de energías renovables y la innovación tecnológica continua, a día de hoy la mejor solución pasa por utilizar los recursos que las nubes públicas nos facilitan.
Fomentando la colaboración entre empresas, gobiernos y la sociedad en general, podemos trabajar hacia un futuro en el que la tecnología y la sostenibilidad vayan de la mano, garantizando un entorno digital más limpio y responsable para las generaciones futuras.