Las empresas buscan mejorar la gestión energética y hacer más eficientes sus infraestructuras. Es una demanda creciente ya que cada vez es más necesario desarrollar soluciones que optimicen los consumos y ahorren costes.
El momento actual es complicado y requiere de nuevas ideas para sobrellevar la crisis climática y la subida de los precios de la energía. Esto último afecta de manera directa al tejido empresarial productivo y al consumidor final.
Sin embargo, la digitalización ofrece una serie de mejoras en la gestión de los consumos de las organizaciones. Por ello, incorporar la tecnología es, sin duda, una apuesta ganadora.
Alcanzar un equilibrio entre las necesidades de consumo energético para dar un servicio y la optimización del mismo no es fácil. Sin embargo, los gastos no siempre reflejan las necesidades reales, y puede propiciar un uso excesivo y totalmente innecesario.
Desde hace un tiempo, con la mirada puesta en el corto y medio plazo, la eficiencia energética ocupa un espacio relevante en las agendas gubernamentales de cada vez más países.
Y de forma paralela, crece la preocupación por asegurar un abastecimiento energético justo, accesible para todos y sostenible ya que existe un compromiso de reducir los gases de efecto invernadero (GEI) y de otros gases contaminantes a la atmósfera.
Ante el crecimiento del trafico de datos, mayor eficiencia energética
La analítica de datos avanzada, el uso de la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT) pueden aplicarse a innovaciones como la optimización energética a baja temperatura o la recuperación del calor, el uso de las energías renovables para disminuir los costes de la energía, entre otras.
En este sentido, la implantación de la red 5G será decisiva. Según un informe elaborado por la 5G PPP, englobado en el proyecto ‘Global vision, standarization & stackeholder engagement in 5G’, esta red permitiría un ahorro energético del 90%.
Se estima que el incremento potencial en el tráfico de datos podría ser de hasta 1.000 veces el actual, según datos de la GSMA, por lo que la optimización del consumo energético es clave. Solo la industria de las telecomunicaciones absorbe el 2% y el 3% de la energía a nivel global.
En este marco, las conexiones necesitarán un mayor consumo de recursos, por eso la búsqueda de alternativas que planteen un ahorro energético será vital para el futuro de este sector.
Los datos, claves para reducir el consumo
Debido a que la conectividad y el desarrollo de tecnologías como IoT, robótica, computación en la nube o edge computing no paran de crecer, se estima que para 2025 haya 100.000 millones de conexiones. De ellas, 40.000 serán de dispositivos pertenecientes a la categoría de Internet de las cosas, según datos de Huawei.
Todo el crecimiento de la red móvil de última generación, así como de las aplicaciones de conectividad favorecen la evolución de otras tecnologías como la telemetría.
Esta aplicación abre un amplio campo de trabajo para empresas que ofrecen servicios de desarrolladores de sistemas de telemetría, biometría y domótica a medida, para entornos empresariales e industriales.
La medición a distancia ayuda a controlar magnitudes como la temperatura, vibración, presión, voltaje, altitud, velocidad, tiempo. Esto es posible gracias a la emisión de datos en tiempo real, por lo que los datos vuelven a ser fundamentales, esta vez para el ahorro en el consumo de energía.