El mercado de los centros de datos está caracterizado por la existencia de unos pocos clientes de gran tamaño (los hyperscalers), con un altísimo poder de negociación, y una fuerte competencia en el lado de la oferta. Es un tipo de mercado de competencia imperfecta que se denomina un oligopsonio y que conduce irremediablemente a la rápida comoditización de la tecnología y, por tanto, a la reducción de los márgenes comerciales hasta límites que hacen difícil la supervivencia del negocio.
Aunque todavía existen nichos con márgenes razonables, la economía de escala derivada de los procesos de estandarización de esos grandes clientes, más tarde o más temprano, reduce la diferenciación y facilita el inicio de una guerra de precios.
Hasta ahora, al menos aparentemente, los servicios profesionales de alto valor añadido estaban razonablemente seguros porque la oferta no es tan amplia como en el caso de los equipos físicos. Pero las cosas están cambiando rápidamente.
Recientemente, algunas empresas están comercializando sistemas expertos, que empaquetan la experiencia sobre eficiencia energética de profesionales de la infraestructura de centros de datos en un producto muy fácil de usar que puede venderse en el supermercado. En cierta medida, esto supone la comoditización de los servicios de ingeniería. Pero, ¿es ésta la transformación digital que queremos para el mercado de centros de datos? Yo estoy seguro de que no.
Las consecuencias de este modelo son desastrosas para clientes y proveedores: este tipo de soluciones ofrece un servicio barato, eso sí, pero homogéneo y descafeinado para todos los clientes. Lo particular de cada cliente se ignora, las oportunidades específicas de mejora de eficiencia se pierden. Y, lo peor de todo, si este modelo se generaliza (y la historia dice que así será), las ingenierías tienen que evolucionar lo antes posible para sobrevivir o, por lo menos, para evitar una guerra de precios que no beneficia a nadie.
¿Podemos frenar estas tendencias? Yo creo que sí.
El punto de partida es el siguiente:
- Un oligopsonio que distorsiona la evolución del mercado.
- Unos activos que hay que proteger a toda costa porque son lo más valioso de este mercado: las personas que aglutinan la experiencia en cada uno de los campos de actividad (ingenierías, fabricantes y también equipos de operación).
Y la amenaza es una trasformación digital mal entendida que ignora los activos existentes.
La solución viene también de este mercado: la hiperconvergencia surgió como una forma de aprovechar las sinergias en el lado de la oferta, colaborando para ofrecer soluciones más beneficiosas a los clientes y, al mismo tiempo, aumentar el poder negociador de la oferta para corregir los desequilibrios del oligopsonio. El mismo principio puede ser aplicado a este caso.
La transformación digital del mercado de centros de datos tiene que poner a las personas en el centro, porque la experiencia es el activo principal.
- El uso de técnicas de inteligencia artificial tiene que potenciar las capacidades de las personas, no sustituirlas. Tiene que potenciar las sinergias entre personas con experiencia en distintos campos, no impedirlas.
- La automatización también debe tener como objetivo el potenciar las capacidades de las personas: evitar errores, maximizar la productividad y simplificar las interacciones.
Y tanto la introducción de inteligencia artificial como la automatización necesitan la creación de ecosistemas en el lado de la oferta para evitar los problemas del oligopsonio y conseguir un efecto de realimentación positiva.
Los productos, los servicios y el talento no existen solos, sino como parte de ecosistemas integrados por otros productos que los complementan, sustentan y mejoran. El ecosistema pasa a ser la unidad básica de la estrategia y la clave está en construir redes de productos, servicios y personas, y crear y gestionar una realimentación positiva entre ellos que los favorezca a todos.
Ésta es nuestra visión para un mercado más justo, más racional y más beneficioso para todos, y las Universidades pueden ayudar a hacerla realidad.