En la actualidad, los decisores se enfrentan a todo tipo de retos para establecer políticas de desarrollo sostenible que sean beneficiosas para el conjunto de la población en general. Para dar el salto y actuar antes de que, por desgracia, sea demasiado tarde, es necesario concebir los recursos naturales como parte de una infraestructura conectada que nos apoye y ayude a conservar de forma activa dichos recursos.
La Infraestructura verde nos proporciona una forma inteligente e integrada de gestionar nuestro territorio, incluyendo la mejora de la conectividad entre espacios naturales y una serie de servicios ecosistémicos. En concreto, los ecosistemas nos ofrecen beneficios en ámbitos como el medioambiente (suministro de agua, protección de la erosión, etc.), lo social (mejora del bienestar, diversificación de la economía, el ocio y el turismo, ciudades más verdes…), la biodiversidad (como la mejora de los hábitats o los corredores ecológicos) o la mitigación del cambio climático (prevención de catástrofes, retención del carbono, etc.).
Con una estrategia de infraestructura verde, las comunidades pueden trabajar para preservar y conectar espacios abiertos, cuencas hidrográficas, hábitats naturales, parques y otros paisajes críticos. A fin de cuentas, a medida que el mundo avance, los territorios conectados tienen más posibilidades de sobrevivir que aquellos que están aislados o en los que la colaboración y la sostenibilidad no sean pilares principales.
El rol de la tecnología geoespacial en la infraestructura verde
A través de la variable espacial y de los sistemas de información geográfica (GIS) se puede recabar toda la información del territorio necesaria para construir una verdadera infraestructura verde y conectada.
Hablamos aquí de datos geoespaciales sobre el territorio, su fauna y su flora. En qué estado se encuentra el suelo, dónde están los límites del territorio, cuál es la densidad de la vegetación, si hay especies protegidas, en qué zonas es seguro construir y en cuáles no, dónde hay peor y mejor calidad del aire… En resumidas cuentas, toda la información de valor para una toma de decisiones fundamentada y sostenible y analizar todos los posibles riesgos, basados tanto en las amenazas como en la vulnerabilidad de nuestro territorio.
En España, las Administraciones Públicas ya están trabajando para lograr este paradigma de infraestructura verde conectada. Por ejemplo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) lanzó el año pasado un geoportal para dar a conocer la riqueza del patrimonio natural del país y contribuir a divulgar la “Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas”.
Dicho geoportal, desarrollado con la tecnología de Esri, incluye un visor de elementos, de infraestructura verde, de adecuación territorial y varios cuadros de mando para consultar, de manera visual e interactiva, los recursos con los que contamos. Con él, las distintas Comunidades Autónomas pueden tomar mejores decisiones en cuanto a su estrategia para con este tipo de infraestructura.
Cuando se trata de proteger nuestro bienestar y el entorno, potenciar la creación y desarrollo de infraestructuras verdes, aprovechando el valor de la tecnología geoespacial, es una apuesta de futuro.