La innovación es uno de los principales dinamizadores de la economía, pero no podemos olvidar que también juega un papel clave para hacer que nuestra sociedad y nuestras empresas sean más sostenibles. De hecho, la transformación digital es un proceso que ha llegado para quedarse y, según datos de IDC Research, la apuesta por la inversión en digitalización de las empresas crecerá del 36% actual al 50% en 2023.
En este sentido, los nuevos modelos de tecnologías en la nube son un claro exponente de todo este proceso de transformación, suponen un claro cambio de paradigma, poniendo a disposición de las empresas una aproximación totalmente flexible, que evita tener que realizar grandes inversiones en infraestructuras y que cada vez es más eficiente desde un punto de vista energético.
La digitalización es clave para todo tipo de empresas, pero más incluso para aquellas que operan en el sector energético, las compañías de electricidad, petrolíferas, gas natural y agua que trabajan en un sector crítico, siendo responsables de prestar, en muchos casos, servicios públicos esenciales. Por eso es fundamental que asuman la necesidad de digitalizarse, para responder mejor a las necesidades de unos hábitos de consumo que hoy son ya 100% digitales y para optimizar la producción y distribución de sus servicios. La adopción de las tecnologías cloud permitirá a estas empresas minimizar su impacto ambiental, reduciendo notablemente sus emisiones.
Por ejemplo, Total Gas & Power (propiedad del Grupo Total) es uno de uno de los distribuidores de gas y electricidad más importantes del Reino Unido y ha apostado por las nuevas soluciones cloud para modernizar y simplificar su compleja infraestructura tecnológica, reducir sus gastos operativos y mejorar el cumplimiento de los estándares de seguridad.
En definitiva, estamos ante un nuevo contexto internacional marcado por una crisis sociosanitaria que sin duda va a modificar nuestra forma de trabajar y donde para poder seguir ofreciendo servicios tan estratégicos como los del sector energético y de “utilities”, será necesario transformar nuestras infraestructuras y adoptar tecnologías en la nube donde todo se pueda ampliar o reducir fácilmente, solo se pague por lo que se necesita, se tenga total libertad de elección, no nos preocupemos por los costes de actualización o mantenimiento y no existan incompatibilidades con otras tecnologías o fabricantes que ya se pueda tener instaladas.
No hay alternativa, no hay otra infraestructura tecnológica posible para cualquier institución pública o empresa privada que quiera sobrevivir en este nuevo mercado que, sin duda, deberá ser más sostenible.