Como consecuencia, estamos viendo una nueva ola de innovación centrada en la eficiencia energética en todo el ecosistema de centros de datos. Los beneficios para los operadores de estos centros son manifiestos, empezando por la reducción de costes, el cumplimiento de reglamentos existentes y anticipados, y el fondo de comercio ligado a establecer una posición de liderazgo en el movimiento de sostenibilidad global.
Además, el despliegue de la tecnología 5G va a ser otro gran facilitador de este proceso de transformación digital y tendrá un impacto en la sostenibilidad. Aunque las redes 5G son hasta un 90% más eficientes que sus predecesoras 4G, siguen necesitando mucha más energía por el incremento de uso de la red y el crecimiento acelerado del tráfico. Por ello, es esencial adoptar las mejores prácticas de eficiencia energética y fomentar que los clientes implementen servicios habilitados por 5G, que les permitirán operar de manera más eficiente y productiva, logrando finalmente una reducción del consumo y las emisiones en todos los ámbitos de la vida.
En conclusión, podemos afirmar que la digitalización implica un crecimiento exponencial en el uso de datos, que requerirán de un mayor consumo energético. Pero, en contraposición, esta revolución habilitará un universo de nuevos servicios, que permitirán a los usuarios operar de manera más eficiente, incluyendo capacidades avanzadas de gestión energética que serán críticas para resolver los próximos retos de sostenibilidad y energía.
Sacar el mayor partidor de estos beneficios y compensar el incremento de consumo energético intrínseco al mayor uso de datos será una de las claves de nuestro futuro como sociedad.