Los centros de datos son el corazón de la infraestructura digital y, al mismo tiempo, algunos de los mayores consumidores de energía del mundo. A medida que crece el tráfico de datos y la demanda de servicios digitales, también lo hace el consumo energético de estos gigantes tecnológicos, impulsado en gran parte por la inteligencia artificial. Esta tecnología, aunque esencial para avanzar en sostenibilidad, presenta desafíos importantes en términos de eficiencia energética.
En el segundo panel del Foro Tendencias “Inteligencia artificial, IT y centros de datos: el motor de la nueva sostenibilidad”, organizado por la Plataforma enerTIC.org, representantes de Knowmad Mood, Ayesa, Kyndryl y HCL Technologies analizaron cómo transformar estas infraestructuras críticas para hacerlas más sostenibles e inteligentes.
Los centros de datos, tradicionalmente considerados un coste necesario, están evolucionando hacia activos estratégicos para las empresas que buscan no solo cumplir con normativas ambientales como las ISO 22237 y 55001, sino también optimizar costes y mejorar su resiliencia operativa. Esta transformación se basa en la capacidad de la inteligencia artificial para predecir, planificar y optimizar el uso de recursos en tiempo real, algo esencial en un contexto donde el consumo energético sigue en aumento.
El uso de IA para automatizar procesos y anticipar fallos permite a los centros de datos funcionar como auténticos «jefes de planta» que nunca descansan, procesando datos en tiempo real para ajustar temperaturas, balancear cargas y maximizar la eficiencia. Algunas empresas han reportado mejoras significativas, como un aumento del 70% en la eficiencia de sistemas de refrigeración, simplemente optimizando los algoritmos de control térmico. Además, plataformas como Kyndryl Bridge ofrecen una visibilidad completa del impacto energético y la huella de carbono, integrando datos y modelos predictivos para tomar decisiones informadas.
Sin embargo, para que esta transformación sea efectiva, es imprescindible contar con datos fiables. Los datos son, como muchos expertos señalan, el «nuevo petróleo», pero su dispersión entre equipos de IT y operaciones, así como las deficiencias en su calidad, pueden ser un obstáculo importante. Para superar esta barrera, se requieren plataformas de integración que permitan capturar, procesar y analizar estos datos en tiempo real, incluyendo sensores IoT que monitoricen desde el consumo energético hasta las condiciones ambientales en las salas técnicas.
La colaboración entre equipos internos y proveedores tecnológicos es otro factor clave. Sin una integración efectiva, los datos pierden su valor y las decisiones se ven comprometidas. Modelos especializados y técnicas como el «prompt caching» también pueden mejorar la eficiencia energética, al evitar que se regeneren respuestas desde cero en cada interacción, optimizando tanto los tiempos de respuesta como los recursos energéticos.
Más allá de la eficiencia operativa, los expertos subrayaron que la sostenibilidad en los centros de datos va más allá del PUE (Power Usage Effectiveness). Iniciativas como el uso de energía renovable, la refrigeración líquida, el aprovechamiento de calor residual y la electrificación de plazas de aparcamiento forman parte de un enfoque más integral que busca reducir el impacto ambiental de estas infraestructuras críticas. Este enfoque considera no solo la eficiencia energética, sino también la gestión de recursos como el agua y la integración con redes energéticas más amplias, creando sinergias que van más allá del propio centro de datos.
El camino hacia centros de datos más inteligentes no está exento de retos. Las empresas deben enfrentarse a problemas como la resistencia al cambio, la falta de integración entre sistemas, los altos costes iniciales y la necesidad de formación continua del personal. Además, el elevado consumo energético de los modelos de IA, junto con las preocupaciones sobre privacidad y ciberseguridad, representan desafíos adicionales que deben abordarse para garantizar un uso responsable y sostenible de esta tecnología.
Sin embargo, a pesar de estos retos, los expertos coincidieron en que la inteligencia artificial es una herramienta fundamental para transformar los centros de datos en activos estratégicos sostenibles. Con un enfoque metodológico claro, datos de calidad y una integración eficiente, es posible avanzar hacia un futuro donde estas infraestructuras no solo sean más resilientes y eficientes, sino también verdaderos impulsores de la sostenibilidad digital.