La sostenibilidad es una de las líneas de acción principales del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, no en vano la conservación del patrimonio artístico está en el núcleo de la naturaleza de un museo y es por ello posible que las salas de la colección Thyssen-Bornemisza alberguen cuadros que datan del siglo XII en adelante. Estas pinturas, muchas de ellas auténticas obras maestras del arte occidental, han llegado así en un estado impecable hasta nosotros, para disfrute de las generaciones presentes y futuras.
Además, y no podía ser de otro modo, la eficiencia energética está en la primera línea de nuestros intereses y de nuestras preocupaciones. Desde el inicio de la andadura del museo, en 1992, hemos encarado el reto de contar con las mejores y más avanzadas tecnologías, tanto para asegurar las condiciones óptimas de conservación de los cuadros y del trabajo artístico y educativo, como para garantizar la excelencia de la experiencia de todos los visitantes.
Arte y sostenibilidad están estrechamente unidos; prueba de ello son, por ejemplo, los recorridos temáticos relacionados con esta cuestión que ofrecemos para ver nuestra colección o la Memoria de sostenibilidad que elaboramos cada año. El ahorro energético forma parte de este compromiso, un ahorro que necesita el museo para mejorar su viabilidad y que tiene también un efecto de modelo, para mostrar, en especial a los más jóvenes, que ese es el camino a seguir por todos. Otra muestra de compromiso ha sido la reciente colaboración del Museo Thyssen-Bornemisza con la cumbre del clima COP25.
Reducir los consumos de electricidad, gasóleo y agua; reciclar el cartonaje producido en el museo por parte de la contrata de limpieza; reciclar las pilas y baterías, así como los envases de los productos de limpieza, los fluorescentes y las lámparas y estudiar la posibilidad de instalación de puntos de recarga para coches eléctricos en el parking, para ayudar a fomentar el uso de estos vehículos, son algunos de nuestros objetivos.
En lo que a electricidad se refiere, una buena muestra de este trabajo es el proyecto de la renovación de la iluminación de las salas del museo en el que hemos contado con la colaboración de Sylvania, un proyecto que ha supuesto un ahorro en el consumo eléctrico del museo superior al 10%. Se sustituyeron los antiguos proyectores de lámparas halógenas por otros LED de última tecnología, que cuentan con un ángulo de haz ajustable y potencia regulable en el propio proyector, lo que ayuda a reducir la huella de carbono. Además, el sistema de accesorios aporta mayor flexibilidad a la iluminación, y simplifica la puesta en marcha de las exposiciones, optimizando así los recursos, y permitiendo procesos más eficientes. Con los nuevos proyectores LED, más estéticos y menos intrusivos, se ha logrado mejorar la reproducción de los colores, dando una nueva vida a las obras de arte.