La necesidad de impulsar la transición ecológica no solo responde a los compromisos asumidos por España y el resto de países firmantes del acuerdo de Paris en 2015, sino que presenta una importante oportunidad desde el punto de vista económico, al fomentar la competitividad y la modernización de nuestra industria.
Estas directrices son solo el principio de lo que tiene que ser el mundo a lo largo de este siglo XXI. Es la revolución tecnológica la que nos ayudará a conseguir los objetivos del Acuerdo de Paris. Es una cultura en la que todo ocurre deprisa, hay que acostumbrarse a convivir con una tecnología que cambia de forma constante, que transforma nuestra forma de hacer y de pensar día tras día.
Una de las claves de esta trasformación energética es la educación y sensibilización de todos.
Toca adaptarse y analizar cómo nos va a impactar todo este cambio tecnológico que necesita nuestro país para no perder el tren. Muchas organizaciones están desperdiciando miles de euros sin ni siquiera saberlo, el principal motivo, su desconocimiento de tecnologías más eficientes.
Un claro ejemplo que todos hemos pensado, es el cambio a una tecnología LED en nuestras empresas, pero ¿es suficiente con cambiar la iluminación tradicional a iluminación con tecnología LED? ¿Existen otras opciones alternativas? ¿Cómo puedo seguir reduciendo al mínimo mi consumo energético de electricidad?
La iluminación tiene un papel fundamental para lograr reducir al menos un 35,5% consumo energético de los edificios, según marca este Plan para el 2030. Teniendo en cuenta que el consumo de iluminación supone un 30% del consumo de la factura de la energía eléctrica de una oficina o un 67% del consumo de un almacén logístico con iluminación tradicional.
Con estos datos, el margen de la eficiencia energética a través de la iluminación es enorme.Algunos de los aspectos de los que podemos llevar a cabo para lograr una iluminación más eficiente son: aumentar la selección de luminarias LED con mayor eficiencia, aprovechamiento de la luz natural, regulación de la iluminación en función de la ocupación de cada zona, niveles de iluminación adaptados a cada tarea y cada momento del día y control individualizado, entre otros.
Para lograr el equilibrio entre la eficiencia energética y el confort visual (que es otro de los factores de mayor valor y que menos se da importancia) tenemos que dar un paso hacia la conectividad, dispositivos IoT, sistemas de control inteligente, monitorización de las instalaciones en tiempo real, gestión y análisis de los datos con inteligencia artificial, integración con otros sistemas de control, planificación predictiva, gestión inteligente del movimiento de personas y mercancías, etc.
En definitiva, en el 2030 me gustaría que nuestros edificios, almacenes y fábricas tuvieran la capacidad de conectarse prácticamente todos con todo, como máquinas, objetos y dispositivos.
Además las próximas generaciones de hardware 5G jugarán un papel de liderazgo en las conocidas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para lograr los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones de CO2 con miles de dispositivos conectados en la nube.