1. ¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?
En este momento convergen diversas circunstancias que han hecho realidad la transición energética. Por un lado, la conciencia de los ciudadanos, la voluntad de los gobiernos y organismos internacionales y la evolución de la tecnología, como elemento indispensable para permitir esta transición. Los objetivos de limitación del incremento de temperatura debida al cambio climático es algo que atañe a todos, pero la generación eléctrica y el transporte son probablemente dos de los principales actores interpelados.
Para las compañías energéticas tradicionales supone un completo cambio de paradigma, en el que además de estar obligadas a introducir nuevas tecnologías y cambiar muchos de los procesos tradicionales, tienen que competir con nuevos actores, que están aprovechando la evolución tecnológica para introducirse en sectores en los que hace años era impensable.
2. ¿Cuáles son las acciones más relevantes en materia de Eficiencia Energética que deben desarrollar las empresas del sector?
Cuando hablamos de las empresas del sector, debemos considerar todos los actores en la cadena de valor, desde las empresas que extraen las materias primas, hasta los consumidores. Hablamos por tanto de la minería y extracción de petróleo y gas, pasando por las plantas de generación de energía, de todas las tecnologías, a las instalaciones de transporte y distribución de electricidad y gas y por último los consumidores, tanto industriales, como domésticos, donde ya entramos todos.
En el concepto de transición energética se está planteando la sustitución de fuentes de energía fósiles por renovables, el fomento de la generación distribuida y el autoconsumo y la consolidación del vehículo eléctrico en los próximos años, como elementos clave para reducir el impacto medioambiental y asegurar la sostenibilidad del desarrollo económico y social, que requiere de forma imprescindible, energía.
Sin embargo, este proceso no puede llevarse a cabo de forma instantánea, por motivos técnicos y económicos, de modo que lo razonable no es prescindir de las instalaciones actuales en condiciones de operar de forma segura y que no han cumplido los años de funcionamiento para los que habían sido diseñadas. Las mejores previsiones de que disponemos actualmente hasta 2030 mencionan una desaparición progresiva de la generación con carbón y nuclear, pero mantienen en su volumen actual la generación en ciclo combinado. Adicionalmente, aún no está disponible una respuesta eficiente al reto de la acumulación, por lo que la seguridad del suministro seguirá necesitando, más allá de 2030, de unidades de generación previsibles probablemente basadas en el gas natural.
Por estos motivos, además de las medidas para reducir el consumo de energía y mejorar la eficiencia, también es importante mejorar el rendimiento de las centrales de generación térmica existentes y de otras plantas térmicas, como las cogeneraciones.
La mejora de la eficiencia y la disponibilidad del nuevo marco tecnológico (blockchain, analítica de datos, inteligencia artificial, IIoT, …) permiten avanzar en dos líneas, por un lado, la incorporación de soluciones de monitorización y optimización de la eficiencia del proceso y la condición de los equipos, y por otro, soluciones que mejoren el trabajo diario en las instalaciones, revirtiendo en la seguridad y eficiencia de estas.
3. ¿Qué personas de la organización cree que deben estar implicadas en estos temas?
La incorporación de estas tecnologías sólo puede ser satisfactoria con la implicación y compromiso de todas las áreas de la compañía.
Por supuesto, el CEO tiene un papel clave para dictar la estrategia y habilitar los recursos necesarios. Y una vez hecha la apuesta, es necesario el compromiso de los usuarios finales, de las áreas de Sistemas o Digitalización y muy importante, del área de Gestión de Personas y Talento, para impulsar el cambio cultural y la capacitación a lo largo de la organización y adaptar los procesos y modelo organizativo que permitan sacar el máximo partido a las soluciones y tecnologías incorporadas.
4. ¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Me gustaría que llegásemos a 2030 con un modelo energético eficiente y respetuoso con el medio ambiente, con la menor dependencia posible del exterior, pero que asegure el suministro de energía a precios competitivos en hogares e industrias. Me gustaría que recorramos ese camino de forma sensata, rentabilizando al máximo las instalaciones existentes, tomando las medidas necesarias para optimizar su eficiencia. Y además, me gustaría que seamos capaces de exportar a otros países nuestra tecnología y experiencia, posicionándonos como referentes en el desarrollo y explotación del sector energético.