En los últimos años, la naturaleza de las infraestructuras de TI ha cambiado significativamente. La mayoría de las organizaciones están inmersas en proyectos de migración de sus plataformas de sus propios centros de datos para beneficiarse de la agilidad, escalabilidad y eficiencia que brindan la nube pública y privada.
Obviamente, la adopción de la nube trae aparejados cambios en las operaciones. Estas nuevas infraestructuras son dinámicas y están en constante cambio, por lo que requieren nuevas formas y herramientas de monitorización para que los sistemas sean “observables”.
La observabilidad nos ayuda a entender y medir lo que está pasando en nuestras infraestructuras incluso cuando éstas son complejas y están soportadas por arquitecturas de cientos de microservicios. En esta línea, mientras que la monitorización nos permite detectar que algo no funciona correctamente, la observabilidad nos permite comprender el porqué con el soporte de tecnologías que facilitan la búsqueda de la causa raíz de los problemas a través de la correlación de métricas, logs y trazas.
En las organizaciones data-driven, disponer de una plataforma de observabilidad facilitará al área de TI el análisis de problemas complejos mediante la utilización de Machine Learning e Inteligencia Artificial, poniendo el foco en aquellos eventos realmente relevantes para la continuidad del negocio y el buen funcionamiento de sus aplicaciones, omitiendo aquellos que son conocidos, recurrentes y no aportan ningún valor.
Observar es el primer paso para comprender lo que está pasando en nuestras plataformas y a partir de allí, priorizar qué procesos u operaciones valen la pena automatizar basándonos siempre en datos objetivos. Se trata de un círculo virtuoso en el cual la medición, la observabilidad y la automatización, forman parte de un proceso continuo cuyo objetivo es la eficiencia.
No sólo hablamos de eficiencia en las operaciones sino también de eficiencia económica y energética. Por ejemplo, disponer de herramientas que nos ayuden a detectar un sobredimensionamiento de nuestras máquinas virtuales en tiempo real y corregirlo automáticamente, supone un ahorro de energía sustancial y la disminución de la huella de CO2 de los sistemas de información.
Estamos convencidos de que las tecnologías de la información son una parte fundamental de las soluciones encaminadas a mejorar la eficiencia energética y sostenibilidad. Por este motivo, entendemos que las áreas de TI y los proveedores de servicio debemos contribuir proactivamente a las mismas, tanto desde la perspectiva de la operación de las infraestructuras y aplicaciones existentes, como en lo relativo a sus criterios de diseño y evolución a futuro.
En línea con esos objetivos, Fujitsu aporta una gran experiencia ayudando a nuestros clientes en el despliegue inteligente de plataformas de observabilidad y su posterior explotación desde una óptica tecnológicamente agnóstica y colaborativa, que pone el foco en la medición KPIs y SLOs, para centrarse en los procesos de automatización realmente eficientes y operativos.
En definitiva, nuestras aplicaciones están evolucionando hacia complejas arquitecturas de servicios distribuidos que generan un nuevo desafío a la hora de monitorizarlos y asegurar su continuidad. A su vez, nos vemos sobrepasados por una ingente cantidad de datos a analizar provenientes de múltiples fuentes, y la reciente adopción de nuevos estándares como OpenTelemetry, amplifican la problemática. En este contexto, las plataformas de observabilidad se han convertido en un aliado estratégico del departamento de TI, visibilizando los indicadores más relevantes que actuarán como key drivers para la priorización de las automatizaciones y la consecución de los objetivos de eficiencia de las organizaciones.


Este pilar se compone de tres fases:FaseⅠEn esta fase (hasta 2020), desde la perspectiva de la usabilidad y la eficiencia económica de la tecnología, en Japón desplegaremos horizontalmente las tecnologías de conservación de la energía que ya existen, verificaremos las nuevas tecnologías de conservación de la energía que utilizan la IA, etc., y avanzaremos en el uso de la energía baja en carbono. En el resto del mundo, implantaremos proactivamente las energías renovables, centrándonos en la UE.FaseⅡEn la Fase II (hasta 2030), el Grupo Fujitsu trabajará para establecer y extender la transición a la IA y a la ZEB*2, etc. para acelerar la reducción de emisiones. Además, ampliaremos la implementación estratégica de las energías renovables, que se espera que sean más fáciles de utilizar también en Japón, teniendo en cuenta las características locales y la eficiencia económica.*2 ZEB: Edificio de energía cero. Un edificio con un consumo de energía anual significativamente reducido que se consigue mediante la conservación de la energía en su estructura e instalaciones, y mediante la creación de energía utilizando la generación de energía solar, etc.FaseⅢEn ella (de 2030 en adelante), aceleraremos la implantación de energías renovables, cada vez más fáciles de usar, a la vez que las complementaremos con compensaciones de créditos de carbono, con la vista puesta en el despliegue y la profundización de tecnologías innovadoras de conservación de la energía y en el alejamiento del carbono.El Grupo Fujitsu quiere aumentar el uso de energías renovables en la electricidad consumida en las sedes del Grupo hasta al menos el 40% en 2030 y hasta el 100% en 2050, con la adhesión obtenida en julio de 2018 a RE100. RE100 es una iniciativa de colaboración liderada por The Climate Group en asociación con CDP, para las empresas que se comprometen a obtener el 100% de la electricidad que utilizan de fuentes renovables. 




