En las últimas décadas el sector energético está sufriendo grandes cambios, desde la integración de las fuentes de generación de energía renovables hasta la aparición de los vehículos eléctricos, sin olvidar el despliegue de las redes eléctricas inteligentes (Smart Grids). Gestionar de forma eficiente los nuevos actores de los sistemas eléctricos, así como el volumen de información registrado por los contadores inteligentes, es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector energético y donde la inteligencia artificial se postula como la herramienta de vanguardia para mejorar la eficiencia energética.
La inteligencia artificial permite gestionar grandes volúmenes de datos de consumo energético, aprender de las tendencias y patrones de comportamiento de los consumidores y, por lo tanto, adoptar decisiones en favor de una mejora en la eficiencia energética de las instalaciones.
En el sector de la generación y transporte, las técnicas de inteligencia artificial se han aplicado en multitud de sectores, desde el análisis de los datos facilitados por los sensores localizados en las unidades de generación para el diagnóstico y predicción de posibles fallos de funcionamiento, hasta el control en tiempo real de las fuentes de energía renovables.
Atendiendo al futuro eléctrico de la movilidad, la Inteligencia Artificial está haciendo ya acto de presencia en el control de la recarga de los vehículos eléctricos. En este punto hay que resaltar que la principal aportación que se espera es en el desarrollo de algoritmos que determinen cuándo y dónde se deben llevar a cabo esas recargas para mejorar la eficiencia energética del sistema, así como en reducir el coste de la energía de los propietarios de los vehículos eléctricos.
En el campo de la edificación, la Inteligencia Artificial encuentra uno de sus mayores clientes. Las medidas en tiempo real registradas por los sensores permiten a los algoritmos basados en Inteligencia Artificial reducir el consumo energético de los edificios, predecir la demanda, gestionar las cargas controlables y optimizar la gestión de las unidades renovables instaladas en el mismo para conseguir un edificio de consumo energético nulo.
A la vista de los expuesto anteriormente, se dibuja un futuro prometedor para el binomio Inteligencia Artificial – Eficiencia Energética cuyos objetivos principales serán la sostenibilidad energética, la descarbonización, la descentralización de la energía y la digitalización del sector eléctrico.