En ocasiones tenemos la tentación de asociar este reto a una simple ecuación que se puede solucionar con tecnología, pero la realidad que subyace es que se trata de una cuestión relacionada con un proyecto cambio y de transformación digital. En la actualidad ya existen habilitadores tecnológicos de utilidad más que contrastada que permiten hacer posible dicha transformación y por supuesto Cellnex Telecom os puede acompañar en cualquiera de sus despliegues. Entre ellos podríamos destacar:
- 5G y redes LPWA (como LORA o Sigfox): gracias a estas tecnologías de comunicación podemos transportar los datos desde el punto que se generan -como por ejemplo, sensores de contaminación, estaciones meteorológicas o detectores de nivel de tráfico- hasta el lugar donde los procesaremos para extraer información útil.
- IoT (Internet de las cosas): estas tecnologías nos permiten convertir en digital el mundo real, pudiendo llegar incluso a realizar un gemelo digital de lo que nos interese gestionar.
- Edge computing: en algunos casos resulta más adecuado disponer de potencia de cálculo para ejecutar, por ejemplo, algoritmos de IA (Inteligencia Artificial) lo más cercano posible a los dispositivos que estamos controlando y nos envían datos o interaccionamos con ellos, y el edge computing permite realizarlo.
- Cloud computing: esta tecnología nos permite desplegar plataformas que recopilan los datos y trabajar con ellos mediante tecnologías de analítica avanzadas, IA o RV (Realidad Virtual) a fin de extraer información útil y mostrarla de la forma más adecuada para su fácil comprensión. Todo ello permite disponer de información útil y realizar pronósticos para gestionar las diferentes facetas de una ciudad.
Para poder abordar un proyecto de Smart City, es decir de cambió en mayúsculas, hemos de tener en cuenta que el principal factor clave que marca el éxito del mismo es una clara visión estratégica y una nueva mentalidad que rompa con “lo que siempre se ha hecho” de la persona que lidera este cambio. Esto no es sencillo porque conducir el cambio conlleva asumir riesgos y con el fin de evitarlos sumado a las presiones del día a día, a las que se ven sometidos los servidores públicos que lideran estos procesos, es fácil dejarse arrastrar por asuntos urgentes, con una visión cortoplacistas, en detrimento de proyectos estratégicos importantes como estos de transformación digital.
Otro factor importante asociado al éxito de estos proyectos es conseguir la polarización hacia una misma dirección y la colaboración de los distintos departamentos implicados, pues se tratan de proyectos de una gran transversalidad y si no se logra convencer de las bondades implicadas en la visón de Smart City a las diferentes áreas de responsabilidad y romper las barreras que impiden que trabajen en un mismo sentido difícilmente se cumplirán los objetivos fijados de cambios que faciliten las vidas de los ciudadanos.
Una vez superadas estas consideraciones relativas al liderazgo y a la organización, ¿por dónde debemos empezar?. Esta pregunta no tiene una respuesta única, si no que nos deberemos adaptar a las circunstancias de cada población en la que se quiera emprender un proyecto de este tipo. ¿Cuál es el desafío más importante al que se enfrenta la ciudad? ¿Tiene problemas de contaminación, de gestión de residuos, de aparcamiento…? No queramos abarcarlo todo a la vez, lo mejor es que nos focalicemos en el que consideremos que tiene mayor impacto en la ciudadanía y que sea el que implantemos en primer lugar, el primer caso de uso que implementemos.
Como conclusión remarcar que la tecnología para crear Smart City está ahí, existe y funciona. Sería un error pensar que se trata de un proyecto tecnológico, la clave de este tipo de reto de transformación digital, asociado a un profundo cambio, es un líder con fuerte visión estratégica y capaz de romper las barreras interdepartamentales.