En este sentido, la llegada del 5G y otras tecnologías como la inteligencia artificial o la democratización del Internet de las cosas (IoT), ha hecho que cada vez generemos un mayor volumen de información y que, por tanto, los centros de datos tengan más importancia. De hecho, algunos estudios hablan ya de un volumen total de datos que se situará en torno a los 175 zettabytes en 2025.
Además, la irrupción de la COVID-19 ha cambiado radicalmente el contexto económico y social en todo el mundo y, durante estos últimos meses de emergencia sanitaria, los centros de datos han jugado un papel clave, soportando los exigentes incrementos en el consumo digital por parte de empresas y usuarios finales (teletrabajo, ocio) y dejando claro que tanto ellos como las tecnologías en la nube son esenciales para el funcionamiento de nuestra sociedad.
Por ello, la apuesta por la innovación de los centros de datos cobra hoy más relevancia que nunca. Y su evolución pasa sin duda por la apuesta y el uso de las tecnologías en la nube más disruptivas, que los conviertan en “smart datacenters”, con mayor capacidad de cómputo y más eficientes, generando importantes ahorros de costes.
Para conseguir estos nuevos centros de datos más inteligentes, las empresas están migrando cada vez más sus sistemas y aplicaciones a la nube. Pero no deberíamos equivocarnos, no vale cualquier tecnología cloud.
Es necesario contar con una nube que ofrezca agilidad de implantación, total libertad de elección, flexibilidad, escalabilidad, seguridad y reducción de costes. Debemos elegir una solución que nos permita implementar de forma muy sencilla el acceso óptimo a las aplicaciones y los datos a través de un entorno flexible multicloud, que pueda estar en funcionamiento en apenas días y facilite el acceso a los datos desde cualquier lugar, momento y dispositivo. Y todo de forma económica.
Por eso Nutanix ha implementado un innovador modelo de pago por subscripción (que ya supone el 75% de su negocio) y por el que el cliente sólo paga por lo que necesita y tiene una total libertad de elección, ya que se puede ir cuando quiera, no tiene que preocuparse por los costes de actualización o mantenimiento y elimina los problemas derivados de las posibles incompatibilidades con otras tecnologías o fabricantes que ya pueda tener instaladas.
En definitiva, la irrupción de nuevas tecnologías y el incremento en el volumen de los datos va a requerir una clara apuesta por la innovación en la forma en la que empresas y administraciones públicas acceden a la información y a sus centros de datos.
Una nueva nube, preparada para dar respuesta a un hábito de consumo que hoy es, más que nunca, 100% tecnológico y digital, será la llave para disponer de centros de datos más eficientes, económicos y ecológicos.