¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico en la actualidad?
Vivimos en un contexto donde la información es ilimitada y la cantidad de datos que generamos no para de crecer. La digitalización de contenidos, el incremento de las regulaciones en materia de conservación de datos a largo plazo, el uso de nuevas aplicaciones de alta resolución como el formato 4K, la realidad virtual, la tecnología 5G aplicada a la telefonía móvil, los sistemas de inteligencia artificial (IA) o el Internet de las Cosas (IoT) han provocado un aumento de la demanda de servicios de cómputo y almacenamiento de datos en los últimos años y con ello un incremento del coste para el medio ambiente.
Tras la desaceleración económica provocada por el impacto de la pandemia del coronavirus, entramos ahora en un periodo de fuerte espiral inflacionista donde el precio de los principales recursos básicos no dejan de subir. Los precios de la energía se descontrolan por la guerra en Ucrania, el gas toca máximos históricos y el petróleo se instala por encima de los 100 dólares.
Ante este contexto, las compañías del sector tecnológico más intensivas en consumo energético, entre las que se encuentran los centros de datos, reclaman alternativas para frenar la huella ecológica y fórmulas que eviten que la subida del precio de la electricidad, que ha llegado a alcanzar los 400 euros/MWh, lastre el crecimiento del sector.
¿Considera estratégica la necesidad de reducir el consumo energético de los centros de datos?
Por supuesto. Como si de pulmones se tratase, los centros de datos necesitan un porcentaje muy elevado de energía para su funcionamiento. De hecho, según Ignacio Velilla, presidente de Spain DC, la asociación de data centers en España, la electricidad supone el 60% de los costes de estas instalaciones.
El informe de IDC de 2021, «Aceleración del progreso ecológico del centro de datos con estrategias sostenibles», estima que la cantidad de datos almacenados en los centros de datos crecerá a un ritmo anual del 27% hasta 2025, con capacidades que se duplicarán aproximadamente cada tres años, y con el consecuente aumento del consumo de energía asociado.
Solo en el período de 2017 a 2020 este consumo creció un 31% de media, mientras que los operadores de centros de datos a hiperescala están aumentando el consumo de energía a un ritmo aún mayor. IDC prevé que en 2025 habrá casi 20.000 mega centros de datos de gama alta en todo el mundo.
Si el consumo de energía continúa al ritmo actual, la cantidad de electricidad necesaria para soportar sus operaciones diarias, requerirá una nueva estrategia para optimizar el uso de los recursos utilizados.
Lograr la reducción de las emisiones procedentes del almacenamiento y gestión de datos de las tecnologías de la información, la digitalización de la economía y otras aplicaciones, se convierte en un gran reto para cualquier empresa comprometida con el medio ambiente.
¿Cómo contribuye Fujifilm a la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad de los centros de datos?
El almacenamiento en cinta es nuestra mejor apuesta para acelerar la transición a una economía más sostenible. Este sistema reduce las emisiones de dióxido de carbono hasta un 95% frente a otras tecnologías tradicionales, como el disco duro, el más empleado hasta la fecha en los centros de datos.
Se calcula que los sistemas de disco pueden consumir un 19% del total del gasto energético que requieren los centros de datos, lo que conlleva un gasto eléctrico de 14 mil millones kWH y la generación de grandes cantidades de dióxido de carbono que expulsan a la atmósfera, 6,5 millones de toneladas métricas, cuando se emplea el gas natural como fuente de energía.
La mitad del consumo energético del disco proviene del sistema de ventilación y enfriamiento de la solución, al estar siempre en constante rotación.
Este sistema es clave para garantizar la longevidad del disco que alcanza como máximo unos 3 o 4 años mientras que la tecnología de cinta no requiere este tipo de sistema de enfriamiento térmico tan costoso y ofrece, además, una longevidad de archivo que supera ya los 50 años.
La cinta es, por tanto, una solución mucho más eficiente y sostenible al poder conservar los datos durante más de 5 décadas sin consumir electricidad.
¿Qué papel tiene la innovación para lograr los objetivos de desarrollo sostenible?
Fujifilm está utilizando todo su conocimiento para innovar de forma continua en el campo del almacenamiento de datos en cinta, una tecnología con una larga trayectoria que hoy alcanza una cuota de mercado del 60% por las grandes ventajas que presenta para el archivo de datos.
Se trata de una de las grandes apuestas de la compañía para ayudar a los centros de datos a que sean climáticamente neutros y a todas las organizaciones, en general, a conseguir sus objetivos de sostenibilidad.
Respondiendo a las necesidades de hoy, permitiendo que los usuarios puedan beneficiarse de soluciones de almacenamiento de datos más compactas, seguras, rentables y eficientes. Y también a las necesidades del mañana, mostrando una hoja de ruta marcada más allá de 2030 que ofrece, además, un largo potencial de desarrollo, al haber patentado, ya, la tecnología que permitirá fabricar cintas con capacidades nativas superiores a los 500 Terabytes.
Ampliar el uso del almacenamiento en cinta puede tener un impacto positivo en los objetivos de sostenibilidad. Entre el 60% y el 80% de la información almacenada en el mundo se considera inactiva, es decir, datos que deben conservarse durante extensos periodos de tiempo por su valor pero a los que rara vez se accede.
Si el 60% de este volumen de datos se trasladara a cinta, se estima que las emisiones de CO2 podrían reducirse en 72 millones de toneladas en solo diez años, el equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero de prácticamente 16 millones de vehículos conducidos en un año.
La senda del almacenamiento de datos queda pues encaminada hacia la cinta magnética con el fin de insuflar oxígeno a los requerimientos de la creciente demanda de almacenamiento de datos de grandes empresas e instituciones y al propio planeta.