Los centros de datos (CPDs) son pilares cruciales de nuestra economía digital. Se estima la existencia de unos 12.000 centros de datos «significativos» en 2025, contribuyendo en su totalidad con un 0,8% a las emisiones globales de CO2eq. Para 20230, se prevé un incremento de hasta un 80% a 120%. Esto, sin contar con el crecimiento significativo de los sistemas “Edge”.
El consumo energético global es muy elevado, a ello debemos añadir la refrigeración (un CPD puede requerir 170 litros de agua por segundo), y el «carbono incorporado«, que representa el carbono asociado con la construcción de hardware, el uso de minerales raros necesarios para las GPUs, su logística, y la propia edificación, mantenimiento y la propia logística indirecta de los centros de datos.
Un importante acelerador de esta situación es la expansión de la IA, que en 2030 representará entre el 50% y el 60% del consumo de los CPDs. Por lo que las emisiones globales de los centros de datos podrían alcanzar el 3% de las emisiones mundiales en 2030, muy cerca de las emisiones estimadas de la aviación comercial mundial para el mismo año.
Los beneficios de la IA y los CPDs son indiscutibles y es evidente que no vamos a renunciar a su desarrollo. Sin embargo, es imprescindible ser conscientes de ello y reducir su huella climática real, evitando el greenwashing. El reto principal no reside en la tecnología, sino en la velocidad con la que seamos capaces de implementar soluciones que ya existen, solo queda aplicarlas:
- Eficiencia Energética Extrema. Avances como la refrigeración líquida (ej: inmersión en aceite). Microsoft ha logrado un PUE de 1.02. El free-cooling en climas fríos, como en las instalaciones de Meta en Suecia, utiliza un 95% de aire exterior y reduce el consumo energético en refrigeración en un 40%.
- Energías Renovables 100%. Iniciativas como los PPAs a gran escala, ejemplificados por Amazon con 3.5 GW eólicos, y las microgrids solares con almacenamiento. Equinix en California.
- Diseño y Ubicación Inteligentes. CPDs submarinos, con el proyecto Natickde Microsoft alcanzando un PUE de 1.07. La reutilización del calor residual también es clave, como demuestra EcoDataCenter, que calienta 10,000 hogares.
- Innovación en IA. Algoritmos eficientes como TinyML, consumen apenas el 0.1% de la energía que requiere GPT-3. Además, el desarrollo de hardware fotónico y neuromórfico, como los chips de Lightmatter, es 10 veces más eficiente.
- Normativa estricta, como la que impone la UE que exige un PUE inferior a 1.3 para 2025, la transparencia a través de estándares como ISO 17825, y la colaboración abierta mediante iniciativas como Open Compute, son esenciales.
Nos enfrentamos a una paradoja digital: cuanto más se expande el “mundo virtual” (IA, Cloud), más desafiante se vuelve mantener la sostenibilidad del “mundo real”. Por ello, la respuesta además de técnica debe ser social: regulación (impuesto al carbono digital), transparencia en el consumo (que el propio Chatbot indique el carbono consumido de nuestras iteraciones) y nuevos valores culturales (premiar la eficiencia climática).