¿Cree que España tiene el liderazgo necesario para cumplir los objetivos de sostenibilidad de la Agenda 2030-2050? ¿Qué papel ve para instituciones públicas y privadas en este desafío?
La transición energética es una oportunidad que no debemos dejar escapar. Nos encontramos en un momento decisivo y sabemos que, para alcanzar los objetivos de descarbonización de Moeve y de nuestros clientes, es fundamental que entre todos sentemos las bases de una economía más competitiva, segura y sostenible, que nos permita crear empleo de calidad y construir una nueva industria para España y Europa. Para ello, es imprescindible reforzar la innovación abierta, la tecnología y la colaboración multisectorial para acelerar la transición energética.
En Moeve, hemos fijado metas concretas: reducir las emisiones de alcance 1 y 2 en un 55% para 2030 respecto a 2019, y una disminuir entre un 15% y un 20%, también frente a 2019, el índice de intensidad de carbono en las ventas de los productos energéticos de la compañía, que incluye los alcances 1, 2 y 3. Por medio de nuestra estrategia 2030 ‘Positive Motion’ aspiramos a liderar la transición energética y la producción de moléculas verdes, que incluye hidrógeno verde y derivados, biocombustibles de segunda generación (2G) y productos químicos sostenibles. Asimismo, estamos desarrollando una amplia red de carga eléctrica ultrarrápida en España y Portugal para impulsar la movilidad sostenible.
En Moeve estamos convencidos de que el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU depende de la cooperación entre el sector público y privado. Las Administraciones deben garantizar un marco regulatorio estable e incentivos claros, mientras que las empresas debemos integrar la sostenibilidad en nuestra estrategia y operativa diaria. Al mismo tiempo, debemos encontrar las soluciones y tecnologías clave dinamizando las alianzas y colaboraciones con instituciones, compañías, ecosistema emprendedor, startups, etc.
El peso de esos dos factores es total en todas las operaciones de nuestros dos parques energéticos de Huelva y Cádiz, centros industriales y plantas químicas. Trabajamos siempre pensando en impulsar la eficiencia energética y también en el avance de la Estrategia de Economía Circular de Moeve, otro de los motores del cambio de la compañía, que se centra en la valorización, minimización de residuos, uso responsable del agua, y cuidado y mejora de la biodiversidad.
En cuanto a innovación tecnológica, y concretamente en el ámbito de nuestras operaciones industriales contamos con un ambicioso programa de inteligencia artificial que estamos desplegando en nuestros Parques Energéticos de La Rábida (Huelva) y San Roque (Cádiz) . Un programa diseñado para impulsar la eficiencia, excelencia y competividad para posicionar a Moeve como líder en el sector energético gracias al uso de la IA y la analítica avanzada en procesos industriales. Gracias al desarrollo y despliegue de modelos de IA, podemos predecir y optimizar en tiempo real propiedades críticas en el proceso (densidad, viscosidad…) y realizar un mantenimiento prescriptivo, entre otros. Con el uso del machine learning no sólo optimizamos nuestro proceso y mejoramos la productividad de nuestras actividades. Gracias a la integración de modelos predictivos avanzados, hemos conseguido reducir el consumo energético específico y evitar emisiones de CO₂, alineándonos con nuestro ambicioso plan de descarbonización para 2030, que avanza hacia el net zero antes de 2050.
Estos proyectos son además la antesala de lo que es el presente y futuro de Moeve: la transformación de nuestro negocio hacia las moléculas verdes. Actualmente estamos inmersos en la construcción de nuevas plantas de biocombustibles o moléculas verdes que serán plantas digitalizadas y en las que la tecnología, los datos, la IA o el IoT nos permitirán optimizar nuestras operaciones, garantizar la seguridad, mejorar el mantenimiento, etc….
El éxito de estos proyectos no es posible sin la colaboración entre diferentes áreas de la Moeve, socios y colaboradores tecnológicos clave de la compañía, con los que trabajamos de forma coordinada para diseñar, implantar y escalar esta solución. La digitalización y la IA han sido las palancas del cambio fundamentales, pero lo que realmente ha marcado la diferencia es la visión compartida y el trabajo transversal, que nos han permitido convertir la innovación tecnológica en resultados tangibles y sostenibles.
En sus proyectos, ¿qué peso tienen los indicadores de eficiencia energética y sostenibilidad en la toma de decisiones estratégicas?
En Moeve, la sostenibilidad está presente en todos nuestros proyectos, sin olvidar que siempre debemos poner a las personas en el centro de todo lo que hacemos. De este modo, cada decisión que tomamos se asienta en indicadores que tenemos muy identificados: reducir las emisiones de carbono, tanto las de Moeve como las de nuestros clientes, y escalar proyectos reales de producción de energías sostenibles y de moléculas verdes para 2030. De hecho, muchos de los proyectos los probamos en pilotos en el Centro de Innovación de Moeve de Alcalá de Henares (Madrid), que después convertimos en proyectos reales en nuestros centros industriales.
Además, nuestra transformación digital sigue dos principios fundamentales: Green in Digital, creando soluciones tecnológicas sostenibles desde su fase de diseño, y Green by Digital, utilizando la tecnología para optimizar procesos y reducir emisiones. Todo ello, sin perder el foco en el ecosistema emprendedor, que es fuente de tecnologías disruptivas. Prueba de ello es Moeve light up, nuestro programa de aceleración de startups, con el que en estos momentos estamos avanzando en el desarrollo de diez proyectos piloto, de los que seleccionaremos los mejores para convertirlos en realidad en nuestros centros industriales, estaciones de servicio y centros de trabajo. En definitiva, innovación y sostenibilidad avanzan siempre de la mano; es la forma con la que impulsamos un impacto positivo real.
Como líder, ¿cómo impulsa la transformación hacia una mayor eficiencia energética dentro de su organización? ¿Qué rol juegan otros líderes en este cambio, ya sea en instituciones o empresas?
Las personas son la clave y para nosotros están en el centro de todo lo que hacemos. En Moeve, impulsamos una estrategia digital que actúa como habilitadora y aceleradora de nuestros objetivos. Desde el equipo de Tech & Digital Solutions de Moeve, que tengo la suerte de liderar junto a grandes profesionales, trabajamos codo con codo con todas las áreas de la compañía para optimizar procesos y aumentar la eficiencia energética, una de las principales líneas de actuación para alcanzar nuestras metas de sostenibilidad. Además, impulsamos que los nuevos negocios nazcan digitales desde su origen, integrando la eficiencia y la sostenibilidad en su ADN.
Apostamos firmemente por tecnologías emergentes al servicio de las personas, con la digitalización como palanca de eficiencia. Por supuesto, este cambio no sería posible sin el compromiso y el liderazgo compartido de otros líderes, tanto dentro de la organización como en instituciones y empresas colaboradoras.
Solo trabajando juntos, desde una visión transversal y colaborativa, podemos acelerar la transformación energética que el sector y la sociedad demandan.
¿La adopción de tecnologías ha mejorado la posición y el impacto de su organización en sostenibilidad?
Sí, la adopción de tecnologías ha transformado de manera decisiva nuestro impacto en sostenibilidad. Por ejemplo, gracias al internet de las cosas (IoT) y al 5G monitorizamos procesos en tiempo real para reducir consumos y emisiones. Con IA y analítica avanzada, optimizamos operaciones y aumentamos la eficiencia de Moeve. La automatización y el cloud nos ayudan a disminuir la huella de nuestros centros de datos.
Todo lo que hacemos se basa en los principios que adelantábamos antes, Green in Digital y Green by Digital, diseñando soluciones digitales sostenibles y utilizando la tecnología como palanca para descarbonizar. Así, avanzamos hacia nuestros objetivos de descarbonización y sostenibilidad.
En 2030, ¿cómo le gustaría ver a España en términos de competitividad y sostenibilidad energética? ¿Qué rol deberían tener las empresas y las instituciones en alcanzar este objetivo?
En 2030 me gustaría ver a España como un referente europeo en competitividad y sostenibilidad energética, liderando también la movilidad sostenible. Un país que haya avanzado de manera decisiva en su independencia energética y capaz de seguir combinando crecimiento económico con descarbonización, impulsado por las energías renovables, la electrificación y la eficiencia.
Para lograrlo, insisto, es necesario colaborar, para que, como decimos en Moeve, este futuro tenga futuro. Las instituciones deben garantizar un marco regulatorio estable, mientras que las empresas asumimos el papel de motor, integrando la sostenibilidad en nuestra estrategia y apostando por innovación y digitalización para este fin.
En Moeve, no solo trabajamos en la descarbonización de la compañía: acompañamos a la sociedad, empezando por nuestros clientes y grupos de interés, con asesoramiento y herramientas que les permitan reducir emisiones y avanzar hacia un futuro más sostenible. La colaboración público-privada es la clave. Trabajar juntos para transformar la energía y la movilidad en ventajas competitivas y en compromisos reales.
¿Cómo están afectando las nuevas fuentes de energía renovable y las tecnologías inteligentes al modelo de negocio en el sector de la energía?
Las nuevas fuentes de energía renovable, como los biocombustibles de segunda generación basados en residuos orgánicos o los combustibles sintéticos basados en moléculas verdes como el hidrógeno renovable, sumado a las tecnologías inteligentes, están transformando radicalmente el modelo de negocio en el sector energético. Por un lado, la integración de renovables nos permite diversificar la matriz energética y avanzar hacia una operación más sostenible, alineada con los objetivos de descarbonización y las demandas de la sociedad. Por otro, la digitalización —a través de IA, IoT, analítica avanzada y redes inteligentes— nos permite optimizar la gestión, anticipar la demanda y reducir consumos y emisiones.
¿Qué papel juega la digitalización en optimizar la gestión y distribución en las utilities? ¿Existen innovaciones clave que considere transformadoras?
La digitalización está jugando un papel absolutamente transformador en la gestión y distribución dentro del sector utilities. Hoy, podemos monitorizar procesos en tiempo real, anticipar incidencias y optimizar el uso de recursos energéticos de forma mucho más precisa.
En nuestro caso, la digitalización nos ha permitido reducir consumos, minimizar emisiones y mejorar la calidad del servicio, tanto en la gestión de infraestructuras como en la relación con los clientes. Entre las innovaciones más transformadoras destacaría la implantación de redes inteligentes que facilitan la integración de energías renovables y la gestión flexible de la demanda, y el uso de modelos predictivos que optimizan la operación de plantas y redes.
Todo esto no solo incrementa la eficiencia y la sostenibilidad, sino que también abre la puerta a nuevos modelos de negocio y servicios personalizados, situando al cliente en el centro de la estrategia energética.
¿Qué desafíos ve en la transición hacia redes inteligentes (smart grids) y en la integración de energías limpias en el sistema energético?
La transición hacia redes inteligentes y la integración de energías sostenibles presentan grandes oportunidades, pero también desafíos importantes. Uno de los principales retos es la gestión de la intermitencia y la variabilidad de las fuentes renovables, como la solar o la eólica, que requieren sistemas avanzados de predicción y almacenamiento para garantizar la estabilidad de la red.
Además, la digitalización masiva implica reforzar la ciberseguridad y adaptar las infraestructuras existentes para integrar nuevas tecnologías y modelos de gestión. Otro desafío clave es la coordinación entre los distintos actores del sector —empresas, operadores de red, administraciones y clientes— para asegurar una transición ordenada y eficiente.
Por último, la regulación debe evolucionar al mismo ritmo que la tecnología, facilitando la innovación y la inversión en soluciones que permitan una mayor flexibilidad y resiliencia del sistema energético. En definitiva, el éxito de esta transición dependerá de nuestra capacidad para combinar tecnología, colaboración y visión estratégica.
Nueva pregunta que sustituiría a las dos anteriores: En sus proyectos, ¿qué peso tienen los indicadores de eficiencia energética y sostenibilidad en la toma de decisiones? ¿cuál es el proyecto que considera más innovador en este ámbito?
Hemos puesto este ejemplo de proyecto, pero vosotros sabéis mejor a cuál queréis dar visibilidad.











