La Twin Transition —la convergencia entre transformación digital y sostenibilidad— no es una opción, sino una necesidad estratégica. En este contexto, la nube actúa como motor de eficiencia, pero su impacto ambiental depende de cómo se implementa.
Los datacenters, corazón de la nube, representan ya más del 1,5 % del consumo eléctrico mundial y hasta el 3 % de las emisiones globales de CO₂. En España, se estima que su consumo energético superará los 3 TWh anuales en 2025, y sigue creciendo. Ante este escenario, la inteligencia artificial se posiciona como una herramienta estratégica para avanzar hacia una nube realmente sostenible.
Aquí es donde entra el concepto de Green IT, que va más allá de renovar hardware o buscar energías renovables. Se trata de diseñar, operar y evolucionar las infraestructuras digitales bajo criterios de eficiencia energética, monitorización inteligente y optimización continua. Y la Inteligencia Artificial es una aliada clave en esta transición.
La IA permite anticipar cargas de trabajo, ajustar dinámicamente la refrigeración, detectar puntos calientes, ineficiencias o sobredimensionamientos y prever fallos antes de que ocurran. Aplicada correctamente, reduce consumos sin comprometer rendimiento, y aporta inteligencia a decisiones operativas y estratégicas. No se trata solo de ahorrar energía, sino de construir una infraestructura más resiliente, automatizada y alineada con los objetivos ESG.

El verdadero potencial de la Twin Transition reside en esta sinergia: una nube inteligente, eficiente y alineada con los objetivos climáticos. Apostar por la sostenibilidad digital no solo reduce costes y emisiones, sino que mejora la competitividad y prepara a las organizaciones para un futuro regulatorio cada vez más exigente.
La tecnología es parte del problema, pero también puede —y debe— ser parte de la solución.