En Aena hemos asumido el reto de alcanzar cero emisiones netas en toda nuestra red de aeropuertos y helipuertos para 2030. No es solo un objetivo, es nuestra responsabilidad y nuestra convicción: la aviación debe transformarse para seguir siendo sostenible, viable y competitiva.Para hacerlo posible, Aena, como gestor aeroportuario, asume el desafío de reducir su huella de carbono sin comprometer la eficiencia operativa, apoyándose en la innovación como palanca esencial. Nuestra visión es clara: convertir los aeropuertos en ecosistemas inteligentes, capaces de anticipar necesidades y optimizar recursos mediante el poder de los datos, la automatización y las plataformas digitales.
Por todo ello, en Aena hemos puesto en marcha un plan ambicioso que combina innovación tecnológica e inversiones sostenibles. Desde la instalación de plantas fotovoltaicas que generarán energía limpia en cientos de hectáreas, hasta la electrificación de flotas y la creación de plataformas energéticas capaces de gestionar consumos de forma automatizada. Pero la sostenibilidad va más allá de la energía: hablamos de economía circular, uso eficiente del agua y protección de la biodiversidad, todo bajo una gobernanza que garantiza transparencia, resiliencia y eficiencia.
La tecnología es nuestra gran aliada: inteligencia artificial y la IoT nos permiten monitorizar, anticipar y optimizar cada recurso. Cada dato cuenta, cada algoritmo nos acerca a un modelo más inteligente.
Los retos son enormes —combustibles sostenibles, hidrógeno y trabajo colaborativo con todos los agentes del sector aéreo —, pero las oportunidades lo son aún más. Podemos liderar la descarbonización del transporte aéreo y convertir a Aena en un referente global. Porque sostenibilidad y digitalización no son opcionales: son el camino para garantizar competitividad y resiliencia en un mundo que exige responsabilidad y visión de futuro.








