Como institución pública, el IDAE impulsa desde hace décadas la eficiencia energética y el despliegue de energías renovables, diseñando estrategias, gestionando ayudas y actuando como inversor en proyectos innovadores clave para la transición energética y la descarbonización. Desde 2018, el Gobierno ha convertido esta transformación en motor de crecimiento, reindustrialización y competitividad. España es hoy un referente internacional en energías verdes y destaca en la fabricación y exportación de tecnologías renovables. En paralelo, aumenta la inversión extranjera, atraída por una estrategia pública que refuerza la cadena de valor renovable para modernizar y electrificar la industria y otros sectores productivos.
La reindustrialización sostenible prevista en el PNIEC elevará el PIB un 3,2% y creará más de medio millón de empleos hasta 2030, lo que exige colaboración público-privada. Las instituciones aportan estímulos y marco normativo, pero corresponde a las empresas impulsar proyectos transformadores en tecnologías renovables, movilidad sostenible, almacenamiento, digitalización, redes inteligentes y automatización.
El camino es complejo, pero el cambio de paradigma es ya una realidad: la sostenibilidad y el ahorro energético han pasado de percibirse como un coste a consolidarse como un factor competitivo esencial y un sello de país.











